Es fundamental la atención oportuna del pie diabético con sanitización e higiene adecuada
La mejor medida de salud que existe es la prevención. Evitar enfermedades, o en su defecto, las complicaciones que éstas podrían implicar, son una importante acción a tomar para conservar la salud y disfrutar de una buena calidad de vida.
Cuando se vive con diabetes, es fundamental mantener la glucosa en sangre bajo control para prevenir la aparición de complicaciones como el pie diabético, que se define como la infección, ulceración y destrucción de los tejidos profundos asociados con anormalidades neurológicas (pérdida de la sensibilidad, al dolor, al calor, etc.) y vasculopatía periférica de diversa gravedad en las extremidades inferiores.
Con motivo del Día Mundial de la Diabetes, conmemorado cada 14 de noviembre, el Dr. Conrado Polanco, Gerente de Relaciones Médicas de Esteripharma® recomienda el uso de soluciones electrolizadas de superoxidación con pH neutro para el tratamiento del pie diabético: “Las SES han demostrado ser un poderoso auxiliar antiséptico y desinfectante de alto nivel coadyuvante en la prevención y tratamiento de heridas agudas y crónicas como úlceras, abscesos en la piel y el pie diabético, además de controlar posibles infecciones, favorecer la cicatrización y la regeneración del tejido”.
Como especialista en el tratamiento de heridas, el Dr. Polanco hace las siguientes recomendaciones generales para la higiene, cuidado y sanitización del pie diabético que evitan o retrasan complicaciones:
- Lavar los pies todos los días con agua y jabón neutro.
- Asegurarse de que los pies estén perfectamente secos, poner especial atención en que no quede humedad entre los dedos.
- Mantener la piel humectada y no poner nada entre los dedos, por lo mismo de evitar humedad.
- Verificar diariamente que aún hay sensibilidad en los pies. Se debe sentir el contacto con las manos al tocar dedos, plantas, talones y tobillos. También se debe de distinguir la temperatura, como si está frío el piso, por ejemplo. Esto ayudará a reconocer si en el zapato hay alguna piedrita o algo que pueda lastimar nuestros pies.
- Si el paciente no puede o no sabe cortar sus uñas de manera correcta, deberá buscar ayuda, de ser posible con un podólogo, para evitar uñas enterradas que deriven en lesiones o infecciones. Preferir lima de uñas en lugar de tijeras o corta-uñas.
- Utilizar calzado y calcetines sin costuras en su interior para no exponer los pies a heridas.
- Revisar todos los días, tanto con la vista como con las manos, que no haya ningún tipo de herida (rasguños, cortadas, ampollas, callos, etc.) ni cambios en la coloración en piel ni uñas.
- En caso de presencia de alguna herida, utilizar lo más pronto posible la SES con pH neutro para desinfectar la zona, elemental para evitar infecciones gracias a su acción de amplio espectro (eficaz contra todo tipo de bacterias). Proteger la lesión con gel a base de SES para crear una barrera protectora con mayor permanencia antiséptica sobre la lesión. Estos productos no son tóxicos, no arden ni irritan y no hay riesgo de efectos secundarios, por lo que pueden utilizarse por tiempo prolongado.
El Instituto Mexicano del Seguro Social indica que las complicaciones en los pies del paciente diabético son la primera causa de amputación no relacionada con accidentes, por lo que toma relevancia su detección oportuna y tratamiento adecuado, siempre bajo supervisión médica.
Una mala atención del pie diabético, ya sea por un mal cuidado de la diabetes como por una atención tardía y poco efectiva a las lesiones de los pies, puede derivar en amputaciones que son muy costosas de tratar, además de incapacitantes.
“Mantener la diabetes bajo control es el primer paso, uno muy importante, para evitar el pie diabético. Si ya está presente, alcanzar una buena calidad de vida es posible con los cuidados adecuados y la atención médica necesaria. Preservemos nuestra salud y adoptemos la prevención como primera opción de tratamiento”, finaliza Conrado Polanco.