La importancia de la urologìa para una calidad de vida en los hombres

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El pasado 3 de diciembre se celebró el Día Internacional del Médico. Una fecha decretada para homenajear al médico que descubrió el mosquito transmisor de la fiebre amarilla, el cubano Carlos Finlay Barrés y un tributo a todos los profesionales de la salud que, día con día, brindan atención médica a la población mundial.

Tanto los médicos generales como los médicos especialistas se esfuerzan en brindar a las personas lo mejor de ellos mismos, con el único fin de recuperar la salud y bienestar de los pacientes que acuden a sus consultas y realizar los chequeos rutinarios, las emergencias que se presentan y aquellos casos más complejos, que requieren mayor atención y estudio para dar con un diagnóstico y posteriormente tratarlo.

Una de las especialidades médicas que presenta menor afluencia de consultas en hombres, son los médicos urólogos, sin embargo, es importante seguir fomentando en la población masculina la prevención y detección oportuna de uno de los padecimientos más frecuentes, la hiperplasia prostática benigna.

La hiperplasia prostática benigna, también llamada “agrandamiento de la glándula prostática”, es un padecimiento frecuente a medida que los hombres envejecen y se debe principalmente a los cambios hormonales que van presentando con la edad. Hasta un 50% de los hombres mayores de 50 años puede padecerlo.

Se caracteriza por el aumento en el tamaño de la próstata, que tiene en condiciones normales, el tamaño de una nuez y se encuentra ubicada debajo de la vejiga, rodeando a la uretra. Al pasar de los años, puede crecer y cuando este crecimiento se da de forma anormal causa un impacto en la calidad de vida del hombre.

La incidencia de la Hiperplasia Prostática Benigna (HPB) es de 424.86 casos y su prevalencia es de 3,873.73 pacientes entre 100 mil hombres en México. En ocasiones los pacientes suelen abrumarse pensando que se trata de cáncer, sin embargo, la HBP es sólo un crecimiento de la glándula prostática.

SÌNTOMAS DE LA HIPERPLASIA PROSTÁTICA BENIGNA
Los hombres con agrandamiento de próstata pueden variar sus síntomas, pero conforme pasa el tiempo, pueden empeorar y agravarse. Algunos signos y síntomas frecuentes son los siguientes:
•    Ardor al orinar
•    Acudir en repetidas ocasiones al baño.
•    Fiebre, dolor de cabeza y cuerpo cortado.
•    Al orinar, se siente un flujo sin fuerza y esta se compacta por pequeños chorros.
•    Se queda con la sensación de que tiene ganas de orinar.

¿CUÁNDO ASISTIR CON UN ESPECIALISTA?
•    Una vez detectado alguno de los síntomas, se recomienda acudir lo antes posible con un especialista en Urología quien a través de un examen físico y tacto rectal podrá detectar la enfermedad a tiempo para determinar el tratamiento más adecuado a la condición del paciente.

¿CÒMO TRATARLA?
•    En los casos leves y moderados un cambio en la dieta diaria ayuda a disminuir los síntomas, además de administrar algunos medicamentos para disminuir la presión de la uretra. En algunos casos, se recurre a la cirugía, sin embargo, hoy en día existe tecnología de punta como la terapia con vapor de agua que ha llegado a México y nace como una nueva alternativa a la medicación y también al quirófano.

“Una valoración extensiva a tiempo por parte del especialista, puede ser la diferencia para tener una mejor calidad de vida en el hombre y con ello, pueda recibir el tratamiento adecuado.”. Comentó Ricardo Villarello, especialista clínico de Boston Scientific.

El Sistema de terapia con vapor de agua, utiliza la energía del vapor de agua, siendo en la actualidad, el tratamiento menos invasivo y más eficiente para solucionar la hiperplasia benigna de próstata. Mediante esta técnica, se inyecta en la glándula prostática del paciente el vapor de agua que, al generar energía térmica, permite eliminar el tejido sobrante de la próstata.

Ventajas del sistema de terapia con vapor de agua:

•    Se preserva por completo la función sexual masculina, incluida la eyaculatoria.
•    Es un procedimiento rápido y mínimamente invasivo (requiere mínimo 10 minutos)
•    La recuperación es rápida y provoca menos molestias que las ocasionadas con otros procedimientos.
•    Se realiza sin anestesia general.
•    No es necesaria la hospitalización.

Existen diversas formas de tratarlo, por ello es importante acudir al experto, hacer una evaluación completa de la condición del paciente para encontrar la mejor opción.

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