Desarrollo sostenible: una misión que cumplir con tecnología
El desarrollo de vivienda sustentable, eficiente energéticamente y con una huella ambiental positiva, no es tan solo una moda en la actualidad. Se trata de una tendencia en crecimiento derivado de las ventajas y beneficios que genera tanto para desarrolladores inmobiliarios como, desde luego, para quienes habitan esas construcciones posteriormente.
De hecho, el impulso del desarrollo de un sector inmobiliario se posiciona como prioridad para las autoridades mexicanas. Dentro de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030 que el gobierno mexicano y el Instituto Nacional de geografía y Estadística (Inegi) destacan en su agenda de transformación, figura el “lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles”.
Además es importante mencionar el incremento en la conciencia ecológica de parte de los compradores no únicamente de vivienda, sino de todas las verticales. Datos de Accenture indican que el 61% de los consumidores a nivel global priorizan la compra de productos con una huella ecológica positiva y que mitiguen el impacto negativo al medio ambiente. El 89% indican que es una buena práctica que planean mantener.
¿Cómo crear desarrollos ‘verdes’?
En el marco del Día Mundial de la Ingeniería para el Desarrollo Sostenible, declarado el 4 de marzo por la Unesco, es importante explicar en primera instancia qué es un desarrollo sostenible. Se trata de aquellos inmuebles que durante su construcción logran minimizar su impacto negativo al medio ambiente en el entorno en el que se desarrollan.
Esto se logra mediante la eficiencia energética, ya sea de forma pasiva mediante la utilización de los árboles, la luz natural y las corrientes de aire, y de forma activa gracias a los elementos propios de la arquitectura y la tecnología que se emplea en el desarrollo.
La sostenibilidad también se consigue mediante la utilización inteligente del espacio y la planificación consciente de la construcción, fomentando el aprovechamiento de los recursos naturales en lugar de acabar con ellos al momento de construir.
Entre los beneficios que generan estos desarrollos, según el Colegio de Arquitectos de la Ciudad de México, se destacan la reducción de generación de CO2, de producción de gases de efecto invernadero (GEI) y una disminución de hasta 30% en el consumo energético, lo que a su vez se traduce en un beneficio económico.
Esto, según la misma fuente, también deriva en un beneficio social en materia de demanda de infraestructuras y servicio municipales, ya que al consumir menos agua producen menos aguas residuales que otros edificios tradicionales.
Tecnología, clave para impulsarlos
Es importante que en el desarrollo de inmuebles sostenibles, los desarrolladores y compradores de vivienda se apoyen en plataformas tecnológicas que, con base en data de mercado, permite visualizar de forma más precisa las zonas en las que es más probable que se desarrolle un inmueble con las características antes señaladas.
Por ejemplo, un ecosistema tecnológico de información verificada brinda acceso a datos sobre las ubicaciones de áreas al aire libre como deportivos, la densidad de camellones centrales y laterales, zonas con vegetación y arboledas, así como jardines públicos y privados.
Con esa panorámica, el desarrollador tendrá mucho más conocimiento del área en el que se pretende construir o en el que se busca comprar, para entonces ejecutar una estrategia enfocada en preservar dichos recursos y no acudir con un proyecto que atente contra esas características ‘verdes’ del entorno.
Del mismo modo, ese tipo de datos permite a los desarrolladores inmobiliarios saber en qué zonas el porcentaje ‘verde’ es mayor o menor, para que de ese modo puedan considerar ese factor al momento de elegir una colonia en la cual construir un desarrollo ecológico que abone a la sustentabilidad de la zona. Por ejemplo, datos recabados por DD360 indican que si bien existen zonas en la capital con hasta un 80% de áreas verdes en su superficie, existen otras cuyo porcentaje es de apenas el 42%.
En conclusión, los desarrollos sostenibles no solo son una tendencia atractiva que llama la atención de los compradores de vivienda por sus características estéticas y beneficios; también se han convertido en un enfoque necesario en medio de un entorno en el que el calentamiento global genera problemáticas como incendios, sequías y deshielo de los polos, entre otros problemas.