Diabetes en perros: Lo que debes saber
En este Día Mundial de la Diabetes es importante recordar que esta enfermedad no solo afecta a los humanos, los perros y los gatos también pueden padecerla. De hecho, 1 de cada 300 perros se convertirá en diabético a lo largo de su vida, según el informe Banfield State of Pet Health Report 2016.
¿Alguna vez has sentido que por mucho que comas sigues sin llenarte? En el caso de un perro con diabetes esta sensación no se debe a un apetito desordenado, sino a una gran necesidad fisiológica: no importa cuánto coma un perro con esta enfermedad, nunca es suficiente. He aquí el motivo.
La glucosa y la insulina ayudan a mantener el organismo en funcionamiento
“Los perros que padecen diabetes van perdiendo su capacidad de producir insulina”, explica la MVZ Emilia Tobías, Gerente Técnico del segmento de mascotas en Boehringer Ingelheim Salud Animal “La insulina ayuda a las células a recoger glucosa del torrente sanguíneo, para que con ella puedan cumplir sus funciones. Si los niveles de insulina disminuyen, el organismo es incapaz de absorber glucosa (azúcar) y las células mueren de hambre, aunque el combustible que necesitan, la glucosa, circule por su sangre. Todo esto tiene consecuencias que se manifestarán con signos que pueden ser visibles para los tutores”.
¿Cuándo debes ponerte en contacto con su veterinario para que le haga una prueba de diabetes?
Cuando observes alguno de estos signos, acude inmediatamente con tu veterinario para que evalúe el estado de salud de tu lomito, pues los niveles elevados y persistentes de azúcar en sangre son tóxicos para él. Si la diabetes no se trata, la enfermedad progresa; puede pasar de las convulsiones al coma y, en última instancia, la diabetes es letal, pero no tiene por qué llegar tan lejos.
Mi perro tiene diabetes, ¿ahora qué?
El diagnóstico de diabetes de tu perro puede ser un shock: la diabetes requiere un manejo cuidadoso y de por vida al que el tutor -y, de hecho, toda la familia- debe adaptarse. Inyectar insulina a tu compañero canino también puede dar miedo si nunca lo has hecho antes, pero su veterinario puede guiarte en el proceso.
La frecuencia con la que hay que inyectarlo depende del tipo de insulina que reciba y del consejo del veterinario. Cuantas menos veces sean necesarias las inyecciones de insulina, más fácil será adaptarse a la rutina del tratamiento, tanto al principio como a largo plazo.
Detección temprana de la enfermedad: las revisiones periódicas son importantes
“A diferencia de los humanos, la diabetes en los perros suele estar mediada por el sistema inmunológico; la obesidad es un factor que contribuye a la diabetes solo en poblaciones muy pequeñas de perros” explica la MVZ Emilia Tobías, “es el sistema inmune el que provoca una serie acontecimientos que destruyen las células beta responsables de la producción de insulina”.
Recalca lo anterior porque muchos tutores pueden llegar a sentirse culpables cuando su perro es diagnosticado con diabetes. “Cuando se recibe la noticia de que nuestro perro tiene diabetes, inmediatamente pensamos que el estilo de vida que hemos dado a nuestra mascota ha sido la causa. Sin embargo, en el caso de los perros, esto no es verdad; no es algo que podamos controlar. Lo que sí podemos y debemos hacer es acudir a revisiones médicas periódicas con nuestras mascotas, solo así enfermedades como la diabetes pueden ser detectadas a tiempo y, muchas veces, antes de que los daños empiecen a manifestarse. Una visita al año durante su juventud y al menos dos visitas cuando nuestra mascota es mayor incrementan las posibilidades de diagnosticar a tiempo e implementar la terapéutica necesaria para que tu mascota tenga salud y una buena calidad de vida”.