‘Lázaro Cárdenas y la Revolución mexicana’, de Fernando Benítez
Fondo de Cultura Económica
La Revolución mexicana, como sugiere Fernando Benítez, es un poco la historia de Rashomón: cada implicado la cuenta a su modo, desde su punto de vista personal, como vencidos o vencedores. Para no perderse en ese caos, el autor ha seguido algunas corrientes que han conformado la historia nacional – la de la violencia o de la sangre, la de la desigualdad, la de la autocracia y la del coloniaje-, y remontándolas a lo largo de 75 años nos ha dejado un gigantesco reportaje retrospectivo dividido en tres volúmenes El porfirismo, que va de la dictadura hasta la Convención de Aguascalientes, donde se liquida ese periodo; El caudillismo, que comprende del goberno de Carranza al llamado Maximato, y el tercero, titulado El cardenismo, que abarca el gobierno del general Lázaro Cárdenas y los tres decenios posteriores en que asistió a la destrucción de su obra y al nacimiento de otra nación.
Cárdenas era consclente de los vicios y los defectos del pueblo, y de las dificultades que opone a un proceso civillzador, pero en lugar de vituperarlo -como fue el caso de los porfiristas- o de engañarlo – como ocurrió con los sonorenses-, se empeñó en comprenderlo, en educarlo y en liberarlo de su miseria con un sentido de la grandeza y de la humanidad que comenzaba a valorarse mucho antes de su muerte, ocurrida en 1970.