Seguridad en dos ruedas: la clave está en la presión de los neumáticos
La presión de los neumáticos en una moto es un factor crucial para su comportamiento, y por tanto la seguridad y el rendimiento. Ajustar las presiones tiene un impacto significativo en la estabilidad, el agarre y la duración de los neumáticos. Subir o bajar la presión de los neumáticos debe hacerse siempre de forma sutil (algunas pocas décimas), con precaución y con un entendimiento claro de los efectos que esto tendrá. MOTO Club MAPFRE te explica las diferencias entre incrementar o disminuir la presión de los neumáticos.
EFECTOS POSITIVOS Y NEGATIVOS DE REDUCIR LA PRESIÓN
Cuando los neumáticos de una moto están inflados a una presión más baja, se incrementa la tracción al aumentar la superficie de contacto con el suelo. Esto es beneficioso, si nos encontramos en condiciones en las que se requiere mayor agarre, como en caminos mojados o superficies resbaladizas, ya que la mayor superficie de contacto con el suelo permite una mejor adherencia. Como el neumático se deforma más, absorberá mejor las irregularidades lo que hará que vayamos más cómodos. Y como se deforma más, la goma se calentará antes ya que los neumáticos se calientan por la deformación continua que sufren al girar presionando el asfalto.
Sin embargo, esta ventaja viene acompañada de varios inconvenientes. Un neumático con presión baja se desgasta de manera más irregular. Además, la baja presión puede afectar muy negativamente la agilidad de la moto, haciendo que ésta responda de manera menos precisa a los movimientos del piloto y aumentando el esfuerzo requerido para entrar en curva y mantener la trazada con la moto inclinada, lo cual puede tener consecuencias desastrosas en términos de seguridad.
EFECTOS POSITIVOS Y NEGATIVOS DE AUMENTAR LA PRESIÓN
Cuando los neumáticos están inflados a mayor presión, la resistencia al rodaje se reduce ligeramente, lo que puede mejorar la eficiencia del combustible y proporcionar una mayor facilidad en la agilidad en carreteras secas y bien pavimentadas. El desgaste del neumático puede ser más uniforme, lo que alarga potencialmente su vida útil.
Sin embargo, una presión demasiado alta hace que la superficie de contacto con el suelo se reduzca, disminuyendo la tracción y haciendo que la moto sea más propensa a patinar, especialmente en superficies mojadas o irregulares. Lo que desencadena en una conducción más dura y menos confortable, ya que los neumáticos no absorben adecuadamente las irregularidades del camino, transmitiendo más vibraciones y golpes al conductor y al vehículo. Además, el desgaste en el centro del neumático se incrementa, lo que puede llevar a una pérdida de rendimiento prematura.
AJUSTAR LA PRESIÓN A LAS CIRCUNSTANCIAS
Es esencial revisar las recomendaciones del fabricante del neumático y de la moto, ya que ellos han determinado las presiones óptimas para una variedad de condiciones de uso. Estas recomendaciones suelen estar indicadas en el manual del propietario y en una etiqueta en la moto, generalmente ubicada en el basculante trasero o en la horquilla delantera.
Puedes variar, siempre ligeramente respecto de lo recomendado, el ajuste de la presión en determinadas circunstancias como en condiciones de carga máxima, cuando llevas un pasajero o equipaje adicional, puede ser necesario aumentar ligeramente la presión para mantener una maniobrabilidad segura. En cambio, para el uso en circuito, donde se busca el máximo agarre en curvas y la temperatura de trabajo será muy superior al uso en carretera, los pilotos optan por reducir la presión.
Es crucial utilizar un manómetro de calidad para medir la presión, ya que los medidores de las estaciones de servicio pueden no ser precisos. La medición debe realizarse cuando los neumáticos están fríos, ya que la presión aumenta con el calor generado durante la conducción.
Ajustar las presiones de los neumáticos en una moto puede hacerse tanto hacia arriba como hacia abajo, siempre de forma sutil y dependiendo de las condiciones de uso y las necesidades específicas, pero siempre debe realizarse dentro de los límites recomendados por el fabricante para asegurar la seguridad y el rendimiento óptimo.
