Cuatro acciones estratégicas que requiere el sector energético mexicano
Ante los crecientes desafíos del sector energético en México, expertos llaman a una colaboración estratégica entre la Iniciativa Privada (IP) y el Gobierno Federal. Esta sinergia es crucial para garantizar la seguridad energética, fomentar el desarrollo económico y cumplir con compromisos internacionales en materia ambiental, afirmaron líderes del sector.
En este sentido, Novani Maritza Clemente Mateos, especialista en midstream y downstream Oil and Gas, destacó que la situación actual del sector energético “requiere soluciones conjuntas que aborden problemas estructurales como la dependencia del gas natural importado, la deuda de Pemex y la falta de inversión en energías renovables”. Y para ello planteó las siguientes acciones prioritarias para consolidar la colaboración:
- Simplificación regulatoria: Establecer una ventanilla única para permisos, agilizando la inversión en proyectos energéticos.
- Incentivos fiscales y financieros: Otorgar beneficios fiscales a empresas que desarrollen proyectos de infraestructura energética, especialmente en energías renovables.
- Transparencia y rendición de cuentas: Diseñar mecanismos claros para garantizar el uso eficiente de recursos públicos y privados.
- Capacitación y desarrollo de talento: Crear programas conjuntos para formar a profesionales especializados en tecnologías energéticas de punta.
“La colaboración entre la iniciativa privada y el gobierno es vital para abordar estos desafíos y construir un sector energético más sólido, competitivo y sostenible,” afirmó Clemente Mateos. “Esta sinergia puede traducirse en mayores inversiones, generación de empleos y transferencia de tecnología avanzada.”
Los retos de infrestructura energética en México
México se encuentra en una encrucijada energética, enfrenta retos significativos; por ejemplo, la dependencia del gas natural extranjero. Y es que, según la Secretaría de Energía, el 70% del gas natural que consume México es importado, principalmente de Estados Unidos. Este nivel expone al país a fluctuaciones de precios internacionales y riesgos de suministro.
“La falta de inversión en infraestructura energética ya está generando rezagos en la capacidad de generación eléctrica y en la producción de hidrocarburos. Si no actuamos ahora, no solo comprometemos el desarrollo económico del país, sino también nuestra capacidad para garantizar el suministro energético en el futuro,” advirtió Clemente Mateos.
La experta recordó que en el país hay una producción nacional en declive, datos oficiales señalan que la producción nacional de gas natural ha caído sostenidamente desde 2009 y la deuda financiera de Pemex es superior a los 106 mil millones de dólares hasta 2023, equivalente al 5.6% del PIB del mismo año, por lo que Petróleos Mexicanos tiene una limitada capacidad para invertir en infraestructura clave.
De acuerdo con la Asociación Mexicana de Energía (AME), los proyectos de energía renovable liderados por la IP ya representan una inversión acumulada estimada en $9,000 millones de dólares. Estas iniciativas podrían añadir 9.6 GW de capacidad al sistema eléctrico nacional, ayudando a diversificar la matriz energética del país.
Otra de las razones, de suma importancia, por las que el gobierno mexicano puede apalancarse del sector privado es debido al impacto que deja el cambio climático en el medio ambiente, así como los compromisos internacionales: México ha asumido objetivos claros en el Acuerdo de París y bajo el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), lo que exige una transición energética acelerada.
“El futuro energético de México depende de la capacidad para unir esfuerzos entre los sectores público y privado. Solo así lograremos cumplir con los objetivos nacionales e internacionales que demandan un sector energético competitivo y sostenible,” concluyó Clemente Mateos.