Juan Fonsalido maldad pura en la ‘Tiendita de los horrores’
La tiendita de los horrores es el musical que se presenta en el Teatro Hidalgo de la CDMX, viernes a las 20:30h,
sábados 17:30 y 20:30h y domingo 17:30h.
La historia de una planta carnívora y extraterrestre que viene a comerse a todos en el mundo te atrapará con sus partituras a ritmo de rock & roll; además de contar con la interpretación de la actriz Chantal Andere y la participación especial de Lucero Mijares.
La trama principal es sencilla, pero atractiva. Seymour, un joven tímido, torpe y de buen corazón, trabaja en una florería en decadencia. Un día, por azar, encuentra una planta carnívora exótica de la que se encariña rápidamente y a la que llama “Audrey II” en honor a su compañera de trabajo, Audrey, de quien está enamorado. La planta pronto empieza a atraer la atención del público, y la florería se vuelve increíblemente popular gracias a ella.
Sin embargo, Seymour descubre que su nueva amiga vegetal tiene una sed desenfrenada de sangre humana y que no se detendrá hasta saciar su voraz apetito.
En este montaje, Chantal Andere encarna a Audrey como una mujer dulce y sumisa que sueña con una vida mejor, lejos de la relación abusiva que mantiene con su novio dentista. Su interpretación es notable por su poderosa voz y un encanto tan imponente como su altura.
Aunque Audrey es un personaje de clase baja, el vestuario que Andere lleva en escena es impecable, resaltando su elegancia característica y alejándola un poco de la imagen típica de una mujer de bajo perfil y escaso gusto, aunque llena de aspiraciones.
Óscar Acosta ofrece una interpretación de Seymour verdaderamente convincente, logrando conmover al público en
varias ocasiones al mostrar su vulnerabilidad sin reservas. Al mismo tiempo, hace gala de sus dotes cómicas y de sus habilidades vocales, brindando una actuación que equilibra humor y sensibilidad.
Juan Fonsalido destaca en su interpretación del patético y cruel dentista, ofreciendo una caracterización de primer nivel que dota al personaje de sadismo, maldad, locura y un toque de farsa extrema. Cada paso que da en el escenario es calculado y preciso, y el movimiento cuidadosamente trabajado le aporta una identidad única al personaje. El resultado es una interpretación llena de matices, complementada por el excelente manejo de su prodigiosa voz. Durante la representación, Fonsalido también da vida con mucha soltura a otros personajes incidentales, demostrando ser el actor con el tono más adecuado para esta obra.