Tecnología contra el ‘gota a gota’: el crédito formal como escudo ante los préstamos informales
La Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) han alertado en distintos informes sobre el crecimiento de los préstamos informales, conocidos como “gota a gota”, señalándolos como un riesgo creciente para la estabilidad financiera de los hogares mexicanos.
Aunque no existen cifras exactas sobre el volumen total de este tipo de financiamiento en 2025, los datos disponibles reflejan una tendencia preocupante. Según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2024 —elaborada por la Condusef y el INEGI—, sólo el 37.3 % de la población adulta en México cuenta con acceso a crédito formal, mientras que cerca del 30 % recurre a esquemas informales, como préstamos entre particulares, aplicaciones no reguladas y modelos “gota a gota”, también conocidos como “montadeudas”.
Y es que la formalidad es algo que aún luce lejano para la mayoría de los mexicanos. En 2024, sólo el 8 % de la población ahorró exclusivamente por vías formales, mientras un 35.7 % ahorró por medios informales como tandas o dinero en casa.
Los prestamistas aprovechan esas condiciones para ofrecer y “otorgar” montos que usualmente son pequeños (entre 500 y 2000 pesos), mediante plataformas digitales no reguladas que están asociadas a tasas de interés desde el 10 % hasta el 40 % diario, con reportes de extorsión, amenazas y difusión de datos personales al incumplir pagos. La Condusef ha alertado que estas operan sin regulación y constituyen una estafa creciente.
La tecnología y la inclusión financiera formal como escudo
Ante este contexto, la tecnología representa una vía estratégica para mitigar el impacto del crédito informal mediante la evaluación automatizada con múltiples fuentes de datos: modelos de riesgo basados en historia transaccional, pagos digitales, patrones de consumo o comportamiento digital permiten integrar a personas sin historial bancario formal.
La tecnología de automatización permite procesos rápidos y accesibles, con aprobaciones en tiempo real, lo que reduce el impulso de recurrir a crédito informal. En la industria regulada del crédito las tasas son transparentes y competitivas, mucho más bajas que las opciones de usura asociadas al “gota a gota”, y las empresas de lending pueden acceder a la información de quienes solicitan créditos de forma más completa y sin sesgos subjetivos, lo que permite ofrecer productos personalizados, evitando el sobreendeudamiento.
En este sentido, Mariano Sokal, cofundador y director de uFlow, compañía de tecnología aplicada a la automatización del crédito, señala que “los motores de decisiones analizan grandes volúmenes de datos en segundos y permiten integrar información de múltiples fuentes, tales como data de compras en tiendas con financiación propia, facturas electrónicas, historial de pagos de servicios públicos y transacciones digitales, entre otras. Esto facilita que las entidades financieras ofrezcan créditos de bajo monto con menor riesgo y mayor agilidad, eliminando la necesidad de garantías o documentación compleja”.
La tecnología puede ser el escudo ante los “montadeudas”, y con ello, se vería una reducción en este sistema de créditos informal, y en consecuencia de la violencia y extorsión asociada a los préstamos no regulados, ya que éstos suelen estar ligados a grupos delictivos. Y junto a la tecnología, es importante la educación financiera en la sociedad, para que aumente la generación de crédito responsable y se avance en la inclusión financiera, pues sólo el 76.5 % de la población tiene al menos un producto financiero formal, pero la brecha aún es significativa entre mujeres (72.8 %) y hombres (80.9 %).
Para conseguirlo, es importante que las instituciones financieras, banca, neobancos y Fintechs, impulsen el desarrollo de plataformas de microcrédito digital regulado con modelos de riesgo hiperpersonalizado, al tiempo que las autoridades (CNBV, Condusef, SHCP) desarrollen marcos regulatorios que protejan al consumidor y promuevan transparencia en el uso de datos alternativos.
El sistema informal de préstamos “gota a gota” es un riesgo financiero y social que aumenta cada día con el crecimiento de redes delictivas. Que toda la industria trabaje aprovechando tecnología para ofrecer créditos formales a sectores de la sociedad históricamente no bancarizados, no solo es viable, sino necesario. Con ello se puede avanzar hacia una economía más segura, inclusiva y sostenible para millones de personas en México.