‘La risa mañanera’, inicia temporada en el Teatro SOGEM Wilberto Cantón
Es un show de humor y sátira politica donde la protagonista es la actriz Tamara Henaine, quien personifica a la Dra. Claudia Sheinbaum. Se trata de un «experimento» donde la Presidenta da una «Mañanera del Pueblo», pero en la noche, donde hay público y «reporteros de la fuente», que son parte de los mismos asistentes, para hacer el show interactivo.
Ella, además de asegurar que su estilo ha impuesto moda y tendencia, habla y muestra muchas señales que indicaban, según ella, que desde hace tiempo ya estaba predestinada a ser La Presidenta de México, todo con humor y sarcasmo.
También platica de los colaboradores que ella hubiera querido poner en primera instancia en su gabinete, situación que provocara muchas risas ante los disparatados argumentos por los cuáles quería que esas personas formaran parte de su equipo. Asimismo comenta cuáles son los utópicos programas sociales que va a implementar dentro de su gestión. Todo esto se acompaña con fotografías y videos llenos de comedia involuntaria.
La Presidenta es interrumpida constantemente vía telefónica por personajes inesperados, entre ellos, por Donald Trump, interpretado por el comediante Herson Andrade, quien a través de una videollamada, continúa con sus presiones arancelaras. En el colmo de la falta de tacto político, Trump llega a la «Mañanera Nocturna», , en persona y sin previo aviso, y se adueña del escenario aprovechando un descanso que se toma la Presidenta, solo para dar un discurso «homofobi-cómico» contra los mexicanos.
En un momento climático, y cuando La Presidenta pretende tomar nuevamente las riendas de su conferencia, es interrumpida por el mismisimo Presidente de los EEUU, con quien se enfrasca en un tremendo e hilarante debate acerca de las diferencias que tienen los mandatarios de ambos países, siempre con posturas y argumentos cómicos y absurdos.
Contrariamente a lo que pudiera esperarse, el show nunca muestra alguna tendencia partidista, pues se hace mofa del oficialismo, de la oposición, e incluso de personajes totalmente ajenos a la política.
Se trata de ver a una Presidenta más humana, más cercana al pueblo, pues hasta se rie de ella misma y habla de manera coloquial y dicharachera, sin la formalidad y seriedad que su investidura le obliga a mostrar, llegando incluso a cantar «para su pueblo».
En conclusión, es un show que no pretende adoctrinar ni convencer a nadie acerca de ninguna ideología política. Su única finalidad es divertir y hacer reír al público, en estos momentos en que la risa es una necesaria catarsis para todos.