Jeremy Allen White encarna a The Boss en Springsteen: música de ninguna parte
Por Alberto Alonso
Dentro del subgénero cinematográfico de las biopics, especialmente las hollywoodenses, se han formado ciertas convenciones que se han convertido en fórmula. Aunque en forma y apariencia Springsteen música de ninguna parte parece una biopic muy clásica, en realidad no lo es tanto. Esta película logra escapar de la fórmula del género y no se hace un recuento convencional de la vida de Springsteen ni de su carrera, sino que se centra en dos momentos específicos de la vida de su protagonista que dialogan entre sí para descubrir quién es Bruce Springsteen sus conflictos y sus fantasmas. Estos dos momentos son la infancia de Bruce, con énfasis en la compleja relación con su padre y, el desarrollo del álbum Nebraska, con énfasis en su también compleja y casi paternal relación con su manager Jon Landau.
La película es un retrato del proceso creativo donde el álbum musical es parte fundamental de la estructura narrativa del guión, las canciones están reflejadas visualmente en la película lo que es enriquecedor si se conoce el trabajo de Springsteen pero aburrido si se llega en blanco a la butaca del cine.
Y aunque es interesante el planteamiento narrativo a partir del álbum Nebraska si se echa de menos la posibilidad de ver en pantalla otras partes de la gran historia que hay detrás de uno de los iconos más grandes del Rock.
Jeremy Allen White muy bien pero Jeremy Strong mejor
El trabajo actoral puede que sea el apartado más fuerte de la película, Jeremy Allen White está comprometido con su papel y encarna muy bien al jefe, luce, suena y se mueve como Springsteen aunque es una actuación muy contenida e introspectiva al igual que la de Jeremy Strong quien da vida a Jon Landau el manager y ocasional productor de Bruce Springsteen; pero lo de Jeremy es aún mejor porque se sale completamente de lo que se espera ver del tipo que maneja al talento real y ofrece algo completamente nuevo que se roba cada escena en la que participa. a estos dos hay que agregar también a Stephen Graham como el padre de Bruce y a Odessa Young, el interés amoroso, que completan un reparto de un nivel de actuación más que destacable.
Una historia que se oscurece
Springsteen música de ninguna parte es una de esas películas que se hubiera beneficiado de más tiempo en pantalla, la película se tropieza en su ritmo. En la primera mitad asciende sin problema y luego cuando se torna más oscura, se sumerge en la depresión de su protagonista se apresura y ralentiza de forma que aunque lo intenta ya no logra salir del bache narrativo redundante y monótono que la verdad pesa bastante al final de la película.
Comienza la carrera por los premios
Seguro vamos a seguir escuchando de Springsteen música de ninguna parte en la temporada de premios, es una producción con la calidad suficiente para pelear estatuillas, probablemente la veamos nominada a mejor película de la misma forma que lo hizo Un completo desconocido en 2024. Los apartados de sonido y diseño de producción son casi seguros pero especialmente Jeremy Allen White y Jeremy Strong son nombres que escucharemos seguido cuando se hable de actor y actor de reparto.
Springsteen música de ninguna parte vale mucho la pena verse en una sala de cine, especialmente si se está familiarizado con el icono que representa Bruce Springsteen, es una experiencia audiovisual muy grata pero no se recomienda como un primer acercamiento a la carrera de “The Boss”.


