«La abuela», metáfora del miedo a la vejez
El director español, Paco Plaza, reconocido por sus filmes de horror, «Verónica», «El segundo nombre» o la saga de «Rec», vuelve a la pantalla grande con «La abuela», una metáfora sobre el miedo a la vejez, protagonizada por Almudena Amor («Susana») y Vera Valdez («Pilar»), quienes en la historia son respectivamente nieta y abuela. La aparente glamorosa existencia de «Susana» como modelo parisina se verá interrumpida cuando «Pilar» sufre un derrame cerebral que la deja parcialmente incapacitada. Así, la joven vuelve a España para cuidar de ella y buscar alguien que la atienda.
Sin embargo, conforme las preocupaciones de «Susana» avanzan, ya que desea que su abuela siga viviendo en su misma y antigua casa, problemas laborales trastocan sus planes, debido a la alta competencia con otras modelos que comienzan a ser contratadas ante su ausencia. A la par se suscitarán momentos extraños, desde estruendosas carcajadas de la lacónica anciana hasta la visita de una misteriosa joven, «Eva», quien aparentemente es amiga de «Pilar».
Poco a poco la atmósfera en el departamento se va enrareciendo, obligando a «Susana» a tomar medidas drásticas, que derivarán en sucesos aún más extraños en el marco de la descomposición del cuerpo y la mente de «Pilar». Sin embargo, secretos del pasado revelarán un final inesperado.
Si bien Plaza es un experto en el sub-género del horror, en esta ocasión no logra cuajar la historia del todo, apostando a la tensión entre las protagonistas y el lucimiento aterrador del lúgubre departamento, de tal modo que la trama gira lenta, buscando en los clichés cómo alargar esta anécdota, mejor ejecutada en cintas como «Relic» de Natalie Erika James, la cual asusta al espectador con el miedo a la decadencia corporal desde una dinámica de tres generaciones.
«La abuela » poco nos deja de reflexión, en gran medida a los esfuerzos vacuos por dar un giro de tuerca impresionante, ciñendo el desenlace a un espectáculo efectista.