Sol de María busca enamorar a todo público
“Dicen que en las estrellas elegimos a nuestros padres como maestros de vida. Y vaya que personajes tan divertidos y extraordinarios me vine a escoger; una infancia musical, operística y sí, un tanto bohemia. De viaje en viaje, acompañando a mi madre a que encantara los teatros con su gran voz y presencia, la Sol chiquita se fue nutriendo de gente mágica y paisajes mexicanos. Al crecer, como toda semilla, fui superando obstáculos para encontrarme a mí misma, pasando por diferentes caminos y madurando mis raíces. Es ahora que comienzo una nueva etapa, la de compartir mis flores en música y palabra, para regresar y honrar lo que se me ha regalado”: SOL DE MARÍA.
El más hermoso de los sonidos es el que surge de un espíritu libre y auténtico cantando con la emoción que produce la vida misma… cuando escuchamos a SOL DE MARÍA sencillamente sentimos pureza, verdad, belleza. Efectivamente se trata de una cantautora muy joven pero con una base fuerte que la sustenta, no sólo a partir de sus estudios formales en el Instituto Nacional de Bellas Artes, sino también a través de la experiencia que ha adquirido durante los últimos años al presentarse en escenarios tan importantes como el Teatro de la Ciudad, Castillo de Chapultepec, Centro Nacional de las Artes o incluso en diversos foros alternativos a lo largo del país.
Proveniente de una familia con gusto por el arte y siendo su madre una figura con prestigio (Regina Orozco), desde niña su pasión ha sido la música, especializándose en el estudio del clavecín, la guitarra y el canto clásico; pero al ser también una chica actual, ha sabido transformar esos conocimientos en una propuesta acorde a su tiempo, lo cual es palpable tanto en lo en musical como en sus líricas, ya que habla abiertamente de lo que siente una joven de hoy, transmitiendo sus emociones poéticamente pero con mucha honestidad… el amor romántico, el sexo, la fusión de dos cuerpos y dos almas, las atmósferas íntimas y la libertad de expresarse como una mujer apasionada, se reflejan en sus canciones.
Por sus temas e incluso por su imagen, SOL DE MARÍA representa una bocanada de aire fresco en la música; combina sutilmente el jazz y el pop con el folclor mexicano y, en momentos, hasta el blues; su voz es clara, dulce, fluye suavemente y nos lleva a viajar hacia adentro, a la introspección, a simplemente sentir y dejarse llevar. Mezcla guitarras acústicas con eléctricas, violines y piano, creando un sonido armonioso y transmitiendo lo que ocurre en el corazón de una mujer que se palpa tiene paz a su alrededor, pero también curiosidad por experimentar el mundo externo e interno. Como ella misma asegura “Canto a la vida, enseño mi pasión y compongo a la luna”.
Es importante señalar que por su formación, esta intérprete, músico y compositora, lleva una década dando clases y talleres de voz y canto, enseñando las diferentes técnicas de respiración y vocalización; sin embargo, lo más interesante es su curso de “Meditación vocal”, una experiencia liberadora donde se comprueba que la voz es el puente entre las emociones y la mente; a través de “mantras”, cantos y sonidos especiales, SOL DE MARÍA igualmente nos comparte algo novedoso.
Por su personalidad natural, por su energía balanceada y evidentemente por la calidad de sus canciones, podemos asegurar que ha llegado una artista singular a la escena musical actual; después de escucharla querrás volver a hacerlo varias veces, pues su voz penetra suavemente, como la gota que cae con ligereza sobre una roca pero termina puliéndola y haciéndola brillar.