Detectar y atender a tiempo la depresión puede prevenir el suicidio
La Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio y la Organización Mundial de la Salud establecieron el 10 de septiembre como el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, una jornada cuyo objetivo es que las naciones implementen estrategias para su prevención. Debido a que los trastornos mentales están relacionados con más del 90% de todos los casos de suicidio, los expertos señalan que la clave de su prevención está en detectar a tiempo los padecimientos comúnmente asociados con esta conducta, tal como lo es la depresión.
Según la Organización Panamericana de la Salud, en el mundo, alrededor de 800 mil personas se quitan la vida al año, lo que equivale a una muerte cada 40 segundos. A nivel nacional, de acuerdo con las estadísticas preliminares de mortalidad de 2020, la tasa de suicidio es de 6.2 por cada 100,000 habitantes, una cifra que va en aumento desde hace más de cuatro décadas.
Entre el 15 y 20% de personas con depresión cometen suicidio; sin embargo, se trata de una conducta prevenible para la cual existen medidas a base de innovación científica.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de las más de 300 millones de personas en todo el mundo a las que afecta la depresión, tan solo el 25% de ellas reciben atención oportuna y adecuada, es ahí donde estriba la urgencia de identificar y tratar a tiempo una enfermedad con consecuencias tan grave como el suicidio.
A pesar de provenir de un origen biológico, la depresión tiende a ser banalizada como un decaimiento del estado de ánimo del que se puede salir voluntariamente. No obstante, la depresión afecta los pensamientos, la conducta y las emociones, es complejo crónico y recurrente.
Los expertos explican que las personas deben estar alerta ante síntomas que se presenten de forma persistente tales como tristeza profunda, falta de energía, cambios en el apetito, concentración reducida, dificultad para dormir o dormir muchas horas, pérdida generalizada de interés, así como sentimientos de inutilidad, culpabilidad o desesperanza. Más aún si a estos se suma la manifestación verbal o escrita de morir o herirse, o bien, realizar actos de despedida por diversos medios.
Ante las señales de alarma, es fundamental acudir oportunamente con un médico especialista, quien será el experto en recomendar las estrategias farmacológicas y no farmacológicas que pueden mejorar la neurotransmisión del cerebro.
Así mismo, una vez que la depresión sea diagnosticada será necesario estar atentos a la evolución del tratamiento, ya que alrededor del 60% de los pacientes no responden del todo a los primeros tratamientos. En ese caso, se podría estar presentando una faceta poco conocida de esta enfermedad llamada depresión resistente al tratamiento, la cual requiere de una terapia específica.
Por su parte, Santos Atilano, gerente médico de Janssen México, aseguró que, para la farmacéutica, lo más importante es ayudar a los pacientes con depresión y a quienes se han mostrado resistentes al tratamiento para que cuenten con mejores perspectivas terapéuticas.
“La prevención del suicidio exige un enfoque innovador e integral, por lo cual Janssen tiene la meta de impulsar la innovación científica y las tecnologías de vanguardia para ayudar a que los pacientes puedan alcanzar diagnósticos tempranos y más precisos, así como predecir con mayor exactitud la respuesta a los tratamientos. Solo de esta forma podremos superar la brecha en salud mental del Programa de acción de la OMS, donde el suicidio es una condición de atención prioritaria” concluyó el directivo.