Día Mundial del Elefante, un animal en peligro de extinción
El Elefante y el ser humano han compartido por milenios en el planeta, pero desde que nuestros ancestros cazaban al gran e imponente mamut, antepasado del elefante, la relación que tienen ambas especies no se encuentra en los mejores términos y ahora desgraciadamente es un animal en peligro de extinción debido la caza furtiva, motivada por el arcaico e ignorante uso que el hombre le da a sus colmillos, el conocido marfil, al cual le atribuyen propiedades afrodisiacas o de materia prima para supuestas «obras de arte».
Cada 12 de agosto, se celebra el Día Mundial del Elefante, una iniciativa impulsada por la Fundación para la Reintroducción de los Elefantes, con el fin de crear conciencia en la humanidad de la delicada situación en la que se encuentra esta especie, debido a que, en los últimos años, la población de estos animales ha disminuido en número considerablemente, pues más del 60% ha desaparecido. Si la cifra de bajas no disminuye, se prevé que este mamífero desaparezca en la próxima década.
A principios del siglo XX, esta especie rebasaba los cinco millones de ejemplares tan solo en el continente africano. En la actualidad, solamente se estima una cantidad de 600,000 ejemplares en todo el mundo. El problema principal de la desaparición de esta especie es el descontrolado comercio ilegal de marfil, que afecta la conservación y preservación de la especie y del ecosistema de su hábitat.
Un deseo desmedido por productos de marfil en el mercado asiático hace que el comercio ilegal de este material sea muy rentable, y ha dado lugar a el asesinato de decenas de miles de elefantes africanos. Entre 2010 y 2014, el precio del marfil en China se triplicó.
Y es que no solo los elefantes macho son masacrados para obtener el marfil de sus colmillos, los elefantes hembra también tienen colmillos y también están muertas, lo que provoca consecuencias terribles en la estabilidad de las sociedades de elefantes, dejando un número cada vez mayor de crías de elefantes huérfanos, incapaces de sobrevivir.
A pesar de este problema mundial, existen organizaciones que trabajan para crear iniciativas que protejan a este mamífero, y así, erradicar su caza furtiva. Junto con gobiernos locales, se encargan de vigilar reservas ecológicas protegidas y no protegidas, a fin de garantizar la seguridad de los elefantes.
En el año 1989 la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) prohibió expresamente el comercio internacional de marfil. Sin embargo, existen mercados de marfil no regulados que atienden la demanda de países asiáticos.
Los seres humanos, pueden contribuir a la conservación de estos animales, no comprando ni vendiendo productos que contengan marfil, y no apoyando la exhibición de elefantes para fines de cautiverio y espectáculos.