Regresa Salma Hayek a la pantalla grande con «Duro de cuidar 2»

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Por Martín López

El género de comedia en el cine es quizá uno de los que más se han visto afectados con el paso de los años, ya sea por el constante uso de las mismas fórmulas que a la larga han perdido su impacto, o por la sobreexplotación del mismo en aras de mantener los altos números en taquilla.

 

Por ello es que resulta agradable encontrar en cartelera una cinta que cumple con el cometido de entretener al público, recolectando canastas de carcajadas y repartiendo momentos inmejorables, algo que resulta complicado para un género cinematográfico que constantemente lucha por mantenerse a flote en busca de una isla desierta donde crear a su nicho de fanáticos.

 

Duro de Cuidar 2 nos cuenta la historia de Michael Bryce (Ryan Reynolds) un guardaespaldas profesional que pierde su licencia para laborar legalmente, debido al deceso de uno de sus clientes.

 

Este hecho deprime tanto a Michael que termina asistiendo a terapia, de la que rápidamente se ¿gradúa?, para posteriormente tomar un año sabático con la intención de encontrarse a sí mismo.

 

Durante la primeras horas de su maravilloso, estupendo y gratificante viaje turístico es abruptamente interrumpido por Sonia Kincald (Salma Hayek), una mujer con pequeños problemas de temperamento, quien acude urgentemente al llamado de su esposo Darius Kincald (Samuel L. Jackson), un peligroso sicario que ha sido secuestrado.

 

Durante los momentos previos a ser privado de su libertad, de manera (no muy) específica, Darius le dice a su pareja que busque ayuda en cualquier persona, menos en Michael. Mensaje que Sonia tergiversa al grado de hacer exactamente lo contrario.

 

Sin saberlo, esta serie de sucesos orillan al guardaespaldas, el sicario y la estafadora a tratar de detener a Aristote Papadopoulos (Antonio Banderas), un griego millonario que busca poner en Jaque a toda Europa motivado por sus propios intereses.

 

Patrick Hughes nos entrega una cinta absurda, exagerada, caótica, cliché y estereotipada. Lo curioso de la cinta, es que todos y cada uno de los adjetivos que describen al largometrajes, resultan una lista de bizarros cumplidos.

 

Y es que la intención de la película es realizar una mofa del cine de acción, la cual resulta bien ejecutada, permitiendo crear una interesante dualidad entre este género lleno de explosiones, persecuciones y balazos, que de la mano con la comedia nos entrega un producto sólido.

 

Todo esto resulta exitoso gracias a que el largometraje en ningún momento se toma en serio a sí mismo, algo que se plantea desde lo primeros minutos en pantalla, y que abre la posibilidad en la cinta de que todo puede pasar. Algo que sin duda es una jugada arriesgada si se toma en cuenta que esto puede desembocar en que el espectador se desenganche de la historia.

 

Sin embargo, resulta en una acertada decisión, ya que gracias al montaje tan dinámico y los personajes tan carismáticos que rigen al guión, no se dan tiempos muertos ni momentos que rompan con el ritmo de la cinta, sino que por el contrario, el viaje resulta en una odisea ascendente de emociones y risas.

 

Es tan clara su propuesta y sus intenciones, que a pesar de ser una secuela, funciona como un filme en solitario que premia a los seguidores de la saga y a su vez atrae a nuevos espectadores.

 

Justamente esta es la mayor cualidad del largometraje, ya que de manera sigilosa ha ido creando un séquito de seguidores, el cual parece ser una isla desierta gobernada por un guardaespaldas, un sicario y una estafadora, y que está ubicada en este caótico mar llamado comedia.

 

 

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