Desenfrénate con «Venom: Carnage liberado»
Andy Serkis se apunta un éxito como realizador con «Venom: Carnage liberado», no sólo por los 90 millones de dólares que recaudó el pasado fin de semana en Estados Unidos, también, porque ésta, la secuela de «Venom», supera a su antecesora (Ruben Fleischer, 2018) en todos los sentidos. Acción al por mayor, mejores efectos visuales y el retorno de Tom Hardy (Eddie Brock) y Michelle Williams (Anne Weying), así como la inclusión de Woody Harrelson, interpretando a «Cletus Kasady», el implacable asesino serial que a la postre se convertirá en el simbionte rojo, «Carnage», hacen del filme un atractivo viaje al Universo Marvel en Sony.
Si bien la película anterior de «Venom» sufrió varias críticas por semejar una mala producción de los noventa del género de súper-héroes, la nueva entrega se robustece gracias a una edición dinámica, que va al grano, sin necesidad de recurrir a trasfondos que alarguen la trama. Gracias también a que no hay necesidad de presentar a los personajes centrales, incluido «Cletus», el cual aparece sin forzarlo, la historia entra de lleno en la potencial pelea a muerte entre «Venom» y «Carnage», sin dejar de lado la difícil relación entre «Eddie» y el enojón simbionte negro.
Debuta también Naomie Harris como la villana, «Frances Barrison«, el eterno amor de «Cletus». Así, este dúo malévolo intentará doblegar a «Eddie/Venom». Conforme avanza la cinta, Serkis logra interesar al público en el propio universo de «Venom», sin necesidad de que nadie se preocupe por una posible aparición de «Spider-Man», ya que el propio personaje central resulta más interesante, ni qué decir de «Carnage».
Sobresale de «Venom 2», una curiosa escena en la que el simbionte lanza un discurso sobre la inclusión, lo cual, además de gracioso, cae como anillo al dedo a las preocupaciones actuales de Hollywood por este delicado tema.
La experiencia de Serkis en tantos filmes fantásticos, desde «El Señor de los Anillos» hasta «El planeta de los simios» le ha traído buenos dividendos, ya que ha aprendido de realizadores como Peter Jackson, Christopher Nolan o J. J. Abrams, convirtiéndose en un gran relator de este tipo de cine.