«Ghostbusters: El legado», un eficaz reinicio de franquicia

Spread the love

«Ghostbusters: El legado» apela a la nostalgia y a una fórmula que ha funcionado por décadas, la de acercarse al público joven, a través de actores de corta edad, mezclando su trabajo histriónico con elementos como la cultura pop, en este caso, la de los ochenta, época en que los “Cazafantasmas” causaron furor gracias a los filmes de 1984 y 1989. Debido a éxitos como las series, «Stranger things» o «The Big Bang Theory», e incluso, las primeras películas de Marvel Studios, los temas científicos y personajes geek se pusieron de moda, amén que la Generación X continuaba anhelante de secuelas, reinicios y cualquier producción audiovisual que los remontara a su época.

Con dichos ingredientes, el director, Jason Reitman, hijo de Ivan Reitman, realizador original de las dos primeras entregas de «Ghostbusters», halló la solución perfecta para revivir la franquicia de «cazafantasmas», aderezándola con una trama menos cómica, implementando mayor misterio y suspenso para «Ghostbusters: El legado». Así, una nueva generación de héroes buscará impedir que el Apocalipsis se desate, no en la ciudad de Nueva York, sino en un pequeño pueblo perdido de los Estados Unidos, donde uno de los «ghostbusters» originales ocultó en una antigua casa los secretos del equipo, en espera de que el mal volviera a liberarse.

A esta casona arribarán sus descendientes, encabezados por la brillante, «Phoebe» (Mckenna Grace), una científica pre-adolescente, nieta de este ex-cazafantasma, su hermano, «Trevor» (Finn Wolfhard), y su madre, «Callie» (Carrie Coon). Durante su estancia en la localidad, conocerán a «Podcast» (Logan Kim), «Lucky» (Celeste O’Connor) y el atarantado profesor, «Grooberson» (Paul Rudd), quienes, conforme avanza la trama, se unirán a la aventura espectral.

La cinta está repleta de guiños a «Cazafantasmas» de 1984, protagonizada por Bill Murray, Dan Aykroyd, Harold Ramis, Sigourney Weaver y Ernie Hudson, sin caer en una especie de copia, como sucede con filmes como el «Episodio 7 de Star Wars», ya que logra despegarse de la historia original, con la presencia de los nuevos protagonistas, entre los que destaca Grace, una actriz infantil que poco a poco ha ido creciendo con roles diversos, al grado que a sus escasos 14 años de edad, logra llevar el peso de la trama, devorando por completo al resto de sus colegas.

Por su parte, Reitman, perfectamente asesorado por su padre y Aykroyd, éste último guionista original de «Ghostbusters», le da un toque refrescante a la saga, tomando elementos como el «hombre de malvavisco» para generar un nuevo y divertido concepto e incorporar parte del score original a las escenas de comedia ligera. Rumbo al desenlace, este realizador concreta la unión entre pasado y presente de un modo puro y hermosamente nostálgico, conjuntando a los fans en un potencial flamante futuro para la saga. Por cierto, no abandonen la sala hasta la última escena pos-créditos.

También te podría gustar...