La diabetes tipo 1 requiere tratamiento con insulina desde el diagnóstico
A la diabetes tipo 1 (DT1) se le conoce como infantil o juvenil porque suele ser detectada a corta edad. Una de sus más importantes características es que NO ES PREVENIBLE, así lo enfatiza Jacqueline Alcántara, educadora en diabetes de BD Ultra- Fine, quien agrega: “La DT1 es de naturaleza autoinmune. A grandes rasgos, nuestras propias defensas atacan a las células beta del páncreas, que son las encargadas de producir la insulina que necesitamos para vivir. Si no la producimos, debemos reemplazarla con insulina externa desde el momento del diagnóstico, para disfrutar de un crecimiento sano y mantener una buena calidad de vida”.
La Federación Internacional de Diabetes (FID) calcula más de 1.2 millones de niños y adolescentes con diabetes tipo 1 a nivel mundial durante 2021. Más de la mitad (54%) menores de 15 años de edad.
Para mantener los niveles glucémicos bajo control, es preciso llevar todo el proceso de la mano del médico tratante y equipo multidisciplinario de profesionales de la salud, quienes adaptarán los tres pilares del cuidado de la diabetes (alimentación balanceada, actividad física y tratamiento farmacológico) a las necesidades de cada paciente de manera integral y personalizada. Incluso, puede ser necesaria la ayuda psicológica y emocional para sobrellevarlo todo de la mejor manera.
Ya que la insulinización temprana y oportuna es una de las principales medidas para lograr el control de la DT1, la insulina se debe suministrar bajo una correcta técnica de inyección para que el tratamiento sea efectivamente aprovechado. Hasta el día de hoy, es la manera más fácil y accesible de administrarla.
Para disipar dudas sobre utilizar insulina en niños, Jacqueline Alcántara asegura: “La insulina es un tratamiento óptimo para el control de cualquier tipo de diabetes y cualquier tipo de paciente. Cobra especial importancia en la DT1 porque se trata de reponer la que el propio cuerpo no produce y esto puede empezar desde que son bebés, niños pequeños o adolescentes. Mientras más pronto se indique la insulina y se administre adecuadamente, mejor será el pronóstico de salud del paciente a lo largo de su vida”.
- Utilizar agujas ultra finas y cortas para que la insulina se deposite únicamente en el tejido subcutáneo, que es donde debe actuar para obtener los resultados esperados. Si se usan dispositivos tipo pluma, la recomendación de la aguja es que mida 4mm. Si se usan jeringas convencionales, que sea de 6mm. Esto hace que el piquete sea casi imperceptible, lo que fomenta el apego al tratamiento, además de que resulta menos intimidante a la vista, muy importante para el sector infantil.
- Conforme los niños van creciendo, la técnica de inyección puede ir cambiando. Dependiendo de la edad, puede variar si se necesita o no hacer un pliegue en la piel al momento de introducir la aguja. Para dominar la técnica, será necesaria la asesoría del profesional de la salud.
- Como guía general, es importante rotar los sitios de inyección: glúteo, muslo (parte externa), abdomen (de 2 a 3 dedos de distancia del ombligo) y brazo (parte superior trasera, NO donde nos ponen las vacunas). Aún en cada sitio, las punciones deben estar separadas una de otra por un dedo de distancia.
- Solo usar las agujas y los dispositivos de inyección una vez y desecharlos de manera adecuada. Una mala práctica de reuso puede modificar las dosis de insulina, hacer daños en la piel, que duelan las inyecciones, entre otros riesgos.
- Mantener constante educación en diabetes con información veraz respaldada por expertos o instituciones especializadas, ya sean adultos encargados de niños pequeños, jóvenes aprendiendo a ser autosuficientes con su autocuidado, o adultos que actualicen sus conocimientos.
“Que este Día del Niño nos sirva para reflexionar y hacer conciencia sobre el problema que es la diabetes infantil en México, para evitar complicaciones en la salud de los pequeños, que puedan crecer y desarrollarse plenamente”, concluye Alcántara.