Magistral, Alejandro Camacho en «La virgen loca»
Con dramaturgia de Hosmé Israel; dirección de Enrique Pineda, y con la actuación de Alejandro Camacho, La virgen loca, es una puesta en donde el público se sumerge en un día más en la soledad y el abandono de una mujer de más de ciento sesenta años, que se ha conservado virgen y no ha conocido el amor.
Con una magistral actuación, el primer actor, Alejandro Camacho, lleva al espectador, por un recorrido teatral divertido, profundo y universal que permite observar un día en la vida de una solterona sola, abandonada y llena de angustias. Desde el inicio de esta puesta en escena, el público recibe una agradable impresión con la bella escenografía que recrea una vieja mansión en la que transcurre la vida en soledad de una mujer que se resiste a aceptar el paso de los años y que se mantiene viva únicamente por la obsesión de conseguir el amor de un hombre.
Camacho se adentra en la mentalidad retorcida de esta virgen loca, cuya mojigatería le hace reprimir sus pensamientos pecaminosos implorando por el milagro de que un hombre se fije en ella y criticando a las mujeres que han alcanzado lo que ella considera la felicidad, por “libertinas”. De esta manera, en este monólogo, Alejandro Camacho, se adentra en la vida de una vieja solterona a quien por convencionalismo debe llamarse “señorita”. Atadas por rígidos preceptos morales y familiares, las señoritas de buena cuna no suelen contar intimidades.
Día con día, la mujer pide, ruega, suplica con mucha devoción a san Antonio, el santo al que se le pide pareja, le conceda varón, no importando que sea manco, tuerto, tullido o cojo y no importando que esté enfermo o que se muera pronto para que le dé un buen difuntazo.
En el lugar donde vive esta mujer, todos los vecinos la conocen como la virgen loca, como una mujer que sueña, imagina y vive cada uno de sus deseos como si fueran reales. Imagina y vive que es la madame de una casa non santa. Presume que habla más de siete lenguas, incluyendo el chichimeca. Imagina y vive también lo que le pasó a la mujer araña que era exhibida en un circo de pueblo, donde nos cuenta por qué recibió ese castigo celestial.
El espectador en esta historia tragicómica viajará al mundo interior de la virgen loca, donde podrá sentir, reír, compadecer, sufrir y disfrutar el mundo imaginario y real de esta mujer, que parece estar condenada a ser virgen por el resto de sus días.
Monólogo de la soledad, de la locura que conduce a la risa o a la franca carcajada. La virgen loca es un espectáculo divertido, profundo y universal que nos permite observar clandestinamente un día en la vida de una solterona sola, abandonada y salpicada de angustias. Profunda mirada a la amargura y frustración que nos lleva a reflexionar sobre falsas posturas de la sociedad.
Este monólogo en el que abundan el humor y las situaciones amargas, cómicas y absurdas, es ya una tradición en el teatro veracruzano. Estrenado en 1974 y con 36 años en cartelera, por lo cual recibió el récord Guinness, se ha mantenido con gran éxito en el repertorio gracias al profesionalismo de la dramaturgia del fallecido Hosmé Israel, ahora con una magistral actuación del actor mexicano Alejandro Camacho.
La virgen loca, se presenta en el Teatro 11 de julio (C. Dr. José María Vértiz 668, Narvarte Poniente, Benito Juárez, 03020 Ciudad de México, CDMX), los días sábado y domingo , a las 18:00 horas.
Boletos: Luneta $500 y Mezzanine $400