Amigos imaginarios, una oda a la fantasía
Por Frank López
Todos, cuando éramos niños, tuvimos un amigo imaginario, producto de nuestra fantasía y que era realmente incondicional, siempre estaba ahí hasta que crecimos y simplemente lo olvidamos.
Cailey Fleming, no es la excepción, solo que una tragedia la llevó a crecer y madurar dejando de lado su infancia y buscando aislarse para protegerse del mundo y la tristeza. Pero un día tiene un encuentro y descubre que es capaz de ver a los IF (Imaginary Friends), seres mágicos que están en busca de nuevos niños a los cuales acompañar antes de desaparecer en el olvido.
John Krasinski, escribe dirige y actúa una historia que busca ser mágica y enternecedora, apelando a la nostalgia de los adultos y al asombro de los pequeños, pero que no termina de conseguir su objetivo. El primer acto es claro y preciso, nos presenta a los personajes y sus conflicto, plantea el conflicto y establece un mundo secreto y fantàstico, a través del cual, la protagonista recupera el asombro y la inocencia de su infancia, a la cual ha renunciado buscando la fuerza para enfrentar los desafíos que la vida le está presentando.
La segunda parte de la cinta es la más floja, Krasinski quiere construir un mundo fantástico y maravilloso, lo cual consigue en el aspecto visual, pero la narrativa se vuelve lenta y por momentos los personajes llegan a ser demasiado dulces y tiernos haciendo cansada la trama y perdiendo el interès por parte de los niños. Incluso el personaje de Krasinski es tan infantilizado y trata de superar su problema con una actitud que es poco creíble.. Afortunadamente en el tercer acto, la situaciòn se compone, pues entramos de lleno en la resoluciòn del conflicto, la revelaciòn de secretos y sobre todo el giro de tuerca, que se ve venir desde el principio de la cinta, pero cuya exposiciòn termina por darle sentido a todo lo que hemos visto y sobre todo explota el sentimentalismo de la audiencia, consiguiendo lágrimas de buena parte de los espectadores.
El aspecto màs fuerte de este filme es lo visual, aun cuando el desafío era hacer coexistir a los amigos imaginarios cuyos diseños son completamente distintos unos de los otros, por la obvia razòn de que son creaciones de niños distintos, el resultado es muy bueno, ya que todos consiguen una buena interacciòn es completamente creíble el que todos forman parte de una comunidad. El mundo de los IF es un deleite, los escenarios, los colores y todo lo que sucede dentro de este mundo imaginario es muy agradable y llena la pantalla con imágenes coloridas y atractivas.
Finalmente, aunque se debe reconocer que la historia apela a la nostalgia y al sentimentalismo, el resultado final cumple con lo que promete, aun cuando el mensaje está más dirigido a los adultos que a los niños. Cabe destacar que Ryan Reinolds está muy controlado en su actuación, limitando sus actitudes y construyendo un personaje con el cual el público se puede relacionar.
