Subdiagnóstico y falta de conocimiento: Doble desafío de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal en México
La enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, patologías crónicas inflamatorias del tracto gastrointestinal, son las dos predominantes dentro de lo que se conoce como Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII). Estadísticas recientes revelan en América Latina la frecuencia oscila entre uno y 1.5 por cada 100 mil habitantes, afectando de igual manera a hombres y mujeres y con mayor frecuencia entre los 18 y 25 años y entre 60 y 75 años. En medio de este panorama, más de la mitad de los pacientes tardan entre uno y tres años para acceder a un diagnóstico correcto como consecuencia de falta de capacitación en médicos de primer contacto, falta de atención a las señales de alarma y la similitud de la sintomatología con otras enfermedades, entre otras razones.
Sensibilizados con esta situación, desde su segmento farmacéutico, Johnson & Johnson se une a la conmemoración del Mes Mundial de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal a través de la campaña en redes sociales #SigaSinPausa, (https://www.janssen.com/latinoamerica/enfermedad-inflamatoria-intestinal), por medio de la cual busca generar mayor conocimiento y visibilidad sobre la EII, educar a la sociedad sobre el padecimiento y destacar la importancia de su diagnóstico y tratamiento oportuno.
“El diagnóstico oportuno es indispensable para mejorar la calidad de vida de las personas. Las EII presentan altas tasas de subdiagnóstico y aunque existen tratamientos avanzados para tratarla, muchos pacientes con un diagnóstico grave no acceden a ellos por falta de conocimiento, lo cual repercute en su calidad de vida”, afirma Santiago Posada, director de Asuntos Médicos y Regulatorios de Johnson & Johnson Innovative Medicine, México.
Aunque se desconocen las causas de este grupo de enfermedades, existen factores asociados con este padecimiento, entre ellos la predisposición genética, ciertos agentes ambientales, alteración de la barrera epitelial intestinal y alteraciones en la respuesta inmunitaria. Dentro de los síntomas más frecuentes se encuentran diarrea recurrente, dolor abdominal, fiebre, disminución del apetito, sangrado al evacuar y pérdida de peso. Lo anterior puede llevar a una afectación grave del estado físico general, retrasos del crecimiento y desarrollo y manifestaciones extraintestinales con un impacto negativo sobre la calidad de vida.
“Uno de los problemas más importantes que enfrentamos quienes vivimos con EII es el impacto psicológico y emocional ante las incomodidades de algunos síntomas como son las evacuaciones frecuentes, lo cual genera inseguridad y rechazo social”, explica Beatriz Capdevielle, presidente de la Fundación Vivir con Crohn y CUCI y paciente de Colitis Ulcerosa.
La importancia de la detección oportuna
El diagnóstico es fundamental para identificar las zonas del intestino inflamadas y para conocer la gravedad de las lesiones, ya que permite iniciar el tratamiento más adecuado de manera individualizada y debe realizarlo un gastroenterólogo especializado en EII. Las pruebas incluyen examen físico, análisis de sangre y de heces y una endoscopía, entre otros. La colonoscopia también es la técnica necesaria para establecer el diagnóstico de esta enfermedad ya que permite visualizar de manera directa la mucosa intestinal (capa más interna del intestino) y realizar una biopsia.
Una enfermedad controlable
Si bien no existe una cura para este grupo de enfermedades, se pueden controlar y lograr su remisión. Se recomienda contar con un tratamiento y seguimiento multidisciplinario realizado por médico, gastroenterólogo, coloproctólogo, nutricionista, enfermería y psicología para obtener mejores resultados, entre ellos favorecer la remisión, mejorar la calidad de vida y evitar complicaciones, como las fístulas.
“La elección del tratamiento depende del tipo de enfermedad (colitis ulcerosa crónica idiopática o enfermedad de Crohn), la localización, el grado de la actividad inflamatoria (leve, moderada o grave), la edad del paciente, las comorbilidades y las manifestaciones extraintestinales, los síntomas y la respuesta a medicamentos previos. Existen diferentes fármacos que se pueden administrar, como amino salicílicos, corticosteroides, inmunosupresores, antibióticos y medicamentos biológicos. Estos últimos destinados principalmente a casos moderados a graves”, explica Dr. Manuel Martínez, especialista en Medicina Interna Gastroenterología y Endoscopia Digestiva.
Sin embargo, no hay dos enfermedades iguales entre los pacientes afectados por EII. Cada persona es diferente y resulta afectada de manera distinta. Por ello, no hay un tratamiento estandarizado para todos los pacientes. Es recomendable que, ante la aparición de algunos de los síntomas mencionados, la persona consulte con su médico.
Johnson & Johnson, busca día a día poder ofrecer más y mejores terapias que impacten positivamente en la vida de los pacientes con EII y les permitan seguir la vida con normalidad. Aunque los síntomas pueden ser incómodos y el panorama desalentador, es fundamental que cada paciente cuente con un tratamiento adecuado de acuerdo con sus características particulares que contribuya a favorecer la remisión clínica sostenida.
En este mismo marco, la farmacéutica llevó a cabo su 5º Foro de Inmunología con más de 260 profesionales de la salud. El evento, con un claro enfoque en educación médica continua, promovió un intercambio de conocimientos, herramientas, experiencias y conocimientos entre gastroenterólogos y coloproctólogos del país, entre otros especialistas, con el fin de mantenerlos actualizados en los más recientes avances de la ciencia en este campo y así, poder ofrecer un manejo más integral de sus pacientes.