Espectral regreso de Burton y Keaton con Beetlejuice Beetlejuice
Beetlejuice Beetlejuice estrena en la cartelera mexicana trayendo consigo la magia sobrenatural del director Tim Burton, acompañada de la presencia actoral del veterano Michael Keaton, quien regresa como la estrambótica entidad fantasmal, Beetlejuice, para nuevamente causar un embrollo en el plano de los vivos.
Retornan del elenco original de la cinta de 1988, Winona Ryder y Catherine O’Hara, además se integran Jenna Ortega, Mónica Bellucci, Willem Dafoe y Justin Theroux, para esta espectacular continuación que ofrece varios cameos sorpresivos y remembranzas a otrora películas burtonianas.
El filme es entretenido de principio a fin, siguiendo a Lydia Deetz (Ryder), ahora conductora de un programa sobre situaciones paranormales y madre de Astrid (Ortega), una adolescente poco interesada en su progenitora y su extraña familia.
Las existencias de ambas se suscitan entre la amenaza del regreso de Beetlejuice y sus intentonas por reorganizar la cotidianeidad tras la muerte del abuelo de Astrid, Charlie (interpretado originalmente por Jeffrey Jones y suplantado por ¿un torso sangrante?). Al visitar a la vieja casona donde se suscitaron los eventos de la primera entrega acontecerán nuevos problemas que deberán ser atendidos por el divertido fantasma, especialista en exterminar espectros.
Un gran problema del producto final es el exceso visual que nos ofrece Burton para tratar de consolidar una trama rocambolesca que impide al espectador gozar de un momento de tranquilidad para paladear la película. Pareciera que el buen Tim quiso modernizarse ofreciendo algo muy light, cercano a un capítulo de una serie chistosona de Netflix, aderezándolo con colores brillantes un poco alejado de la oscuridad disruptiva del fenómeno ochentero que implicó Beetlejuice. Aun así, el sólo ver de vuelta a Keaton como el espectro del cabello verde vale la pena.
