México antes de ser México, entrevista con Patricio
Durante varias décadas prevaleció una visión idealizada de la civilización maya, particularmente de los mayas del periodo Clásico
Célebres mayistas como Sylvanus G. Morley y Eric S. Thompson defendieron la idea de que los mayas, a diferencia de otros pueblos mesoamericanos, habían sido un pueblo eminentemente pacífico, gobernado por hombres sabios y espirituales, filósofos que pasaban su tiempo observando los astros y realizando rituales sagrados en centros ceremoniales como Tikal o Palenque, en los que el sacrificio humano no existía o, si acaso, era una práctica excepcional. Pero ¿esto fue realmente así?
En este libro, el cuarto de la serie México antes de ser México, Patricio, monero de amplia trayectoria, intenta esclarecer estos y otros muchos enigmas que han cubierto el pasado de la civilización maya con un manto de misterio, utilizando para ello las herramientas aprendidas de su maestro, el Kinich Ajaw Rius Frius: monitos, humor y un lenguaje sencillo, apto para todo público. Pásele, pues, a lo barrido.
Conoce la serie México antes de ser México
¿Cómo y cuándo se pobló el continente americano? ¿Quiénes eran y cómo vivían nuestros paisanos más antiguos? ¿Qué carambas es Mesoamérica? ¿Fuera de Mesoamérica todo era Cuautitlán? Éstas y muchas otras preguntas serán respondidas en este libro y muchas otras surgirán al leerlo. Este primer tomo -de una serie de tres- revisa la historia más antigua de lo que hoy es México, con información actualizada y confiable, muchos monitos, dibujos y grabados -estilo plagiado al tal Rius-, además de humor (cuando menos, ésa es la intención).
¿La cultura olmeca fue la cultura madre de Mesoamérica, o eso es pura madre? ¿Eran africanos los olmecas? ¿Fueron extraterrestres los mayas? ¿Quién inventó la escritura, el calendario y la numeración en Mesoamérica? ¿Cómo y para qué se usaba todo eso? ¿Los zapotecos inventaron las tlayudas? ¿Los danzantes de Monte Albán bailaban cumbia?
Al interior de majestuosas y vibrantes ciudades como Teotihuacan —una megalópolis con características únicas, algo así como el Nueva York de aquellos tiempos—, Monte Albán o Tikal, el poder económico, político y religioso se concentró en las élites gobernantes, que experimentaron una abundancia sin precedentes. Y como ha ocurrido a lo largo de la historia humana, en todos los rincones del planeta, fue, entre otras cosas, la creciente brecha entre nobles y plebeyos, entre ricos y pobres, lo que llevó a la eventual destrucción y abandono de algunas de las grandes capitales y, con ello, al final de esta etapa de nuestra historia.
En entrevista exclusiva el autor comentó: