Magia cinematográfica en concierto homenaje a Tim Burton
Por Itzel Ocany Souza
El concierto homenaje a Tim Burton, presentado por la Stars Symphony Orquesta, ofreció una noche llena de nostalgia y magia cinematográfica al reinterpretar las bandas sonoras de El Extraño Mundo de Jack y El Cadáver de la Novia. Aunque el espectáculo logró momentos de gran impacto musical, la experiencia general estuvo marcada por algunos detalles logísticos y técnicos que influyeron en el inicio del evento.
La recepción del público, aunque en términos generales fue rápida, presentó dificultades en la asignación de lugares. La falta de personal suficiente para orientar a los asistentes generó un acomodo lento y un tanto desordenado. Además, la cafetería del recinto resultó insuficiente para la cantidad de público: su reducido espacio, la ausencia de pago con tarjeta y la falta de personal complicaron la atención antes del concierto.
Otro punto débil fue la comunicación: no se informó oportunamente al público sobre la prohibición de grabar, lo que ocasionó confusión en los primeros minutos.
En cuanto a la ejecución musical, la primera parte dedicada a El Extraño Mundo de Jack destacó por su ingenio en los arreglos, especialmente a partir de la segunda canción, donde la orquesta mostró cohesión y energía. Las piezas lograron transmitir la estética vibrante y festiva del filme, generando una respuesta entusiasta del público.
La sección dedicada a El Cadáver de la Novia mantuvo un tono más íntimo y emotivo, aunque no estuvo exenta de fallas. Al inicio de la primera canción se presentó un problema de audio que afectó momentáneamente las voces de los personajes. Además, se percibió la ausencia de algunos instrumentos clave, como el saxofón, lo cual dejó ciertos pasajes menos completos que en la versión original de la banda sonora.
Sin embargo, a pesar de estos detalles técnicos, la interpretación creció con fuerza hacia el final. El cierre del concierto fue espectacular, con una ejecución precisa y emotiva que logró envolver al público y dejarlo con una sensación de plena conexión con el universo burtoniano.
En conjunto, el Movie Concert ofreció una experiencia memorable que, aunque tuvo áreas de oportunidad en logística y algunos detalles de sonido, brilló por la pasión de la orquesta y la fuerza evocadora de las composiciones de Danny Elfman.
