Fangoria sintetiza el Palacio de los Deportes

Spread the love

Por Isis Betzabeth

La noche de ayer quedará marcada como una velada llena de emoción y nostalgia para la escena pop-electrónica  y oscura de la Ciudad de México. El Palacio de los Deportes se transformó en un set intergaláctico donde coincidieron dos linajes sonoros: la nostalgia que aún late entre quienes crecieron con Alaska y los Pegamoides o Alaska y Dinarama, y la pulsión oscura sintetizada y noventera que Fangoria ha defendido durante décadas.

Minutos antes de que la noche terminara por caer, María Daniela y Su Sonido Lasser encendieron la pista al ritmo del Tecnopop. Chicle de Menta y Pobre Estúpida funcionaron como la llave exacta para abrir un portal donde convivieron el kitsch, el electro-pop haciendo vibrar y sentir cerca aquella época de adolescencia en la que la escuchamos.

A las luces plateadas y rojas del recinto se sumó de pronto la figura de Alaska, envuelta en un vestido metálico que reflejaba destellos sobre las primeras filas, casi como si la cantante emergiera de una bóveda futurista, dejando destellos en la oscuridad con aquella prenda. El concierto abrió con “Carne, huesos y tú”, tema del mítico del album Deseo Carnal (1984), sonaron  “Hombres”, “Momentismo Absoluto” y el mismísimo himno “¿Cómo pudiste hacerme esto a mí?”  ¨Perlas ensangrentadas¨  estallaron entre gritos que mezclaban reverencia y frenesí. No faltaron tampoco “Ni tú ni nadie” ni la siempre catártica “A quién le importa”,

La escenografía, marcada por columnas inundadas y pantallas con gráficos minimalistas, oscilaba entre lo teatral y lo sideral. A diferencia de presentaciones previas en México como la del Teatro Metropólitan en enero de 2024, esta vez Fangoria apostó por una narrativa visual expandida: bailarines cuyos movimientos complementaban cada atmósfera y una puesta en escena diseñada para romper la frontera entre concierto y performance.

Uno de los momentos más interesantes  fue la aparición de la saxofonista Tavira Gallart, cuyo sonido orgánico contrastó deliciosamente con la arquitectura electrónica del show dando acompañamiento a la canción Deseo Carnal, retumbando el Palacio de los Deportes, demostrando su gran técnica y además de eso, sinceramente, un momento mágico. Por otra parte  Fangoria ejecutó guiños para los conocedores: desde mezclas con temas setenteros y ochenteros hasta un cover de “Historias de Amor”, de los españoles OBK, que provocó una ola de entusiasmo entre quienes vivieron la escena synthpop de los noventa.

Hablar de Alaska es hablar de una genealogía completa: Kaká Deluxe, la Movida Madrileña, la estética punk,  que viajó de Madrid al mundo y que en México encontró un hogar fervoroso. A estas alturas, la cantante no solo es una figura musical, es una arquitecta visual, un símbolo ideológico y un referente subcultural cuya influencia se percibe en la moda urbana, en los clubes nocturnos y en la identidad alternativa.

Su presencia en el escenario del Palacio de los Deportes recordó que su obra siempre ha sido un puente entre mundos: lo luminoso y lo oscuro, lo pop y lo contracultural, lo íntimo y lo intergaláctico.Lo ocurrido este 29 de noviembre no fue únicamente un concierto, sino un gesto escénico que dialogó del pop español, la estética queer, la nostalgia postpunk y la energía electrónica que vibra fuerte en la Ciudad de México.Fangoria, con Alaska al frente y Nacho Canut moldeando los paisajes sonoros como artesano del sintetizador, ofreció un espectáculo que confirmó por qué su legado sigue marcando generaciones enteras. Alaska es un exponente estetico, ideologico, oculto, y cargado de misticismodetrás de una subcultura y un movimiento aún vivo, aquí en la Ciudad de México.

También te podría gustar...

WP2Social Auto Publish Powered By : XYZScripts.com