Competencia Oficial llega a la pantalla grande
Competencia Oficial es una cinta dirigida por los productores y directores argentinos Gastón Duprat y Mariano Cohn, protagonizada por Penélope Cruz, Antonio Banderas y Oscar Martínez. Es una película de divertida sátira hacia el mundo del cine, donde se verá la rivalidad entre protagonistas, las lucha entre el director y los actores, junto con el poder y dinero del productor.
La historia nos cuenta como un millonario de nombre Florentino Pérez está por cumplir 80 años, y que mejor forma de gastar su dinero, rodando una película con las más grandes figuras del cine, bajo la dirección de la extrovertida Directora Lola (Penélope Cruz) que tendrá como misión unir a dos de los más grandes actores del país, Félix e Iván (Antonio Banderas y Oscar Martínez).
Al empezar a trabajar los tres, se empiezan a mostrar los verdaderos sentimientos que tienen los protagonistas y si realmente hay una rivalidad y una lucha de egos entre ellos, sin embargo tendrán que seguir trabajando para entender la forma de pensar y actuar que conlleva ser artista.
El drama de la cinta se va desarrollando cuando Félix e Iván luchan incansablemente por demostrar quién es un verdadero actor y bajo una rivalidad que sobrepasa la actuación, buscarán demostrarle a Lola, la Directora quien es un verdadero actor a pesar de las diferentes edades que tienen los actores.
La directora Lola tendrá que trabajar con ambos para que dejen de lado la rivalidad que tienen, así poder grabar sin ningún contratiempo la cinta y que está sea del gusto del Florentino, además de intentar mejorar la relación que hay entre sus protagonistas y que la película sea todo un éxito.
Pero las cosas se salen de control cuando uno de los protagonistas escucha una conversación, al enfrentarse discuten y uno de ellos cae del techo, quedando grabe en el hospital, haciendo que entonces el otro protagonista haga en la cinta el personaje doble vez, llevándose el reconocimiento y el éxito el solo.
Po esa razón los Duprat y Cohn ponen a sus protagonistas en un juego de egos y falsa humildad, poniendo en práctica los métodos que pueden trascender del mundo actoral, olvidando que al final es solo interpretación, enmarcando a los personajes y haciendo dudar a los actores si son ellos mismos o no.