«Chilangolandia», la nueva comedia con la Ciudad de México como protagonista
La Ciudad de México, amada por unos y odiada por muchos, otros vuelve a estar representada en la pantalla grande este próximo 16 de septiembre con «Chilangolandia», la nueva comedia del director Carlos Santos, mostrando a luminarias como Liliana Arriaga, Aarón Aguilar, José Luis Tovar y Carlos Corona.
Albergando a más de 20 millones de habitantes que le dan vida a esta estruendosa vorágine de emociones y posibilidades, llena de una basta riqueza y diversidad cultural, sería casi como una experiencia religiosa: Hay que vivirla para contarla.
Si bien no es la primera película sobre nuestra Ciudad de México, ni será la última debido a la llamativa y tan única personalidad del capitalino al estar en constante cambio, aprendizaje y deconstrucción; en esta ocasión «Chilangolandia» va más por la sobrada sátira realista y la mayor parte del tiempo por lo que sigue siendo una visión un poco anticuada e incluso cerrada de cómo nos ven ‘desde arriba’.
Los primeros segundos transcurren mostrando sobre pantalla negra un par de datos y la clásica disyuntiva con respecto al contenido de las quesadillas, acto seguido de una secuencia de momentos y lugares muy representativos de la ciudad como constante a lo largo de la cinta.
La historia comienza introduciéndonos en el día a día de «Ramiro», un taxista oriundo del barrio bravo de Tepito que por azares del destino conoce al reclutador de un importante equipo y gracias a su insistencia logra conseguirle una cita a su sobrino huérfano y prodigio futbolista, «El Chulo», para darlo a conocer y así conseguir un lugar dentro. Al mismo tiempo del otro lado de la ciudad, «Carmen y Miguel» al salir por un pendiente recibirán por equivocación una maleta con 10 millones de pesos, que estos a su vez son propiedad del corrupto diputado,» Fonseca», gracias a sus nexos a una constructora a a la que le asignó todas las licitaciones de la ciudad.
Después de tan afortunado suceso intentan desesperadamente huir y gastar todo el dinero, mientras los encargados de entregar el dinero se dan cuenta de su error y regresan a buscar el dinero
Habiéndose planteado todo lo anterior la película se convierte en un gran juego del gato y el ratón llevándonos en un basto recorrido por las postales más importantes y recurrentes de la gran urbe regalándonos una gran ensalada de clichés, chistes de Facebook y situaciones que ayudan a conectar la trama e incluso retomando ideas que nos parece ya haber visto antes, como la búsqueda de una imagen de un San Judas en pleno día 28 (Día en que se celebra al santo) en comparación de la búsqueda de un ‘individuo vestido de diablito’ en medio de representaciones pastorales previo a la Navidad en Pastorela de 2009. Y que aunado a el tipo de personajes y estructura de la historia parece sólo ser que esta película soñaba con ser «Matando Cabos», gran hito de la comedia contemporánea mexicana.
Pero también tiene grandes aciertos como el uso apropiado del caló propio del chilango que es finamente aderezado, lanzando toda clase de improperios a diestra y siniestra con una comedia muy identificable.