¿Sabes qué es la rosácea?
¿Tus mejillas o nariz se tornan rojas cuando experimentas cambios de temperatura, exposición al sol o estrés? ¿Tienes la piel reseca, pequeñas protuberancias y granos rojos llenos de pus? Es probable que sea rosácea, una enfermedad inflamatoria crónica que afecta principalmente a la piel central del rostro, caracterizada, además de los anteriores síntomas, por vasos sanguíneos visiblemente dilatados, engrosamiento de la piel, incluso sensibilidad extrema que puede causar comezón y ardor. Abril es el Mes de la Concientización de la Rosácea, por lo que es el momento perfecto para encararla, informarte, aprender a identificarla y acudir con un dermatólogo para apoyarte en caso de presentarla.
La rosácea es una afección genética y generalmente se llega a presentar entre los 30 y 60 años, afectando al 5.5% de la población general, donde el 90% son mujeres. Sus síntomas pueden ser intermitentes, aparecer por periodos cortos donde se generan brotes que desaparecen en poco tiempo o persistentes donde los síntomas duran hasta meses, por lo que se suele confundir con otras enfermedades con manifestaciones cutáneas similares, lo cual retrasa las oportunidades para recibir un tratamiento a tiempo y eficaz.
Otro factor que dificulta su detección son los tipos de piel, siendo aún más difícil en pieles morenas y oscuras por un menor índice de sospecha. Cerca de 40 millones de personas con un fototipo de piel oscuro se les ha diagnosticado rosácea y se encuentran bajo tratamiento, sin embargo, actualmente en Latinoamérica debido al tipo de piel que tiene la mayoría de la población, sigue siendo difícil diagnosticarla.
La rosácea va más allá de los síntomas visibles y quienes la padecen pueden llegar a tener un gran impacto emocional en la vida diaria. 1 de cada 5 pacientes hicieron modificaciones sustanciales en su vida para controlar su enfermedad, el 33% experimentó deterioro laboral general y 1 de cada 2 pacientes informaron depresión moderada a grave. Ahí la importancia de reconocer este padecimiento, identificar sus signos y síntomas y hablar con el dermatólogo para tener acceso a un tratamiento oportuno que mejore la calidad de vida de quienes la padecen.
Aprende a identificar la rosácea
Si bien ya se mencionaron algunos de los principales síntomas que pueden llegar a manifestarse, hay signos iniciales de rosácea que no son visibles, pero pueden ser indicios de esta afección, es por ello que, si presentas alguno de ellos, te recomendamos acudir con un dermatólogo para un diagnóstico y tratamiento adecuado. Dentro de estos síntomas se encuentran.
- Sensación de ardor: Sensación de calor incómoda o dolorosa.
- Sensación de escozor: Sensación de pinchazo, punzante, incómoda o dolorosa.
- Edema hinchazón facial. Puede ser suave o firme (sin picaduras) y puede tener una duración limitada o persistente.
- Una sensación general en la piel de irritación, tirantez, dolor y comezón.
La rosácea es una condición que no tiene cura, pero llega a ser controlable con una rutina adecuada y más aún con una detección temprana. Los síntomas pueden empeorar debido a varios factores como la genética y factores ambientales, como cambios en la temperatura, exposición solar, exposición a radiación ultravioleta (UV) estrés emocional, consumo de alcohol o alimentos condimentados, baños calientes, entre otros, por lo cual te recomendamos moderar las actividades y la exposición a estos desencadenantes.
Las pieles con rosácea necesitan un mayor cuidado, por lo cual, además de acudir con un especialista que te brinde el tratamiento adecuado para tu tipo de piel, te recomendamos tener una rutina adecuada y asesorada que ayude a mejorar sus síntomas y apariencia. Pero algunos básicos son el uso de:
- Limpiadores suaves con ingredientes que contengan ceramidas y ácido hialurónico.
- Hidratación adecuada con cremas que no contengan fragancias ni agentes sensibilizantes.
- Protector solar, factor de protección solar (SPF) 30+. El protector solar debe utilizarse a lo largo del día (6:00 – 18:00 h.) realizando reaplicaciones mínimo cada 4 horas de acuerdo con el grado de exposición.
- Uso adecuado de maquillaje con bases y correctores que no estén hechos a base de aceite y que su formulación tenga protección solar. Maquillaje en polvo mineral que no tenga ingredientes irritantes. Adicional, en el mercado existen correctores con tonalidades verdes que pueden ayudar a unificar el color en la piel debido al enrojecimiento. 
Si aún tienes dudas sobre si pudieras tener este padecimiento, realiza esta pequeña prueba en el sitio oficial encaralarosacea.com/ que te ayudará a conocer de manera más oportuna los síntomas visibles y no visibles de la rosácea y así poder detectarla a tiempo.
¡Vive plenamente con rosácea!
La rosácea es una condición con la que se puede vivir y es posible controlar su sintomatología aliviando su impacto en el día a día, al llevar un tratamiento específico para cada tipo de piel y un estilo de vida adecuado.
Incluso en casos más graves, en la actualidad existen tratamientos que ayudan a reducir las lesiones en la piel, permitiendo a quienes la padecen continuar con su vida normal, sin que se vean afectados por esta condición. ¡No detengas tu vida! No limites tus actividades diarias, con ayuda de un especialista, busca conseguir una piel sin lesiones.