Ilusiónate con Harold y su crayón mágico

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Por Francisco López

Harold es un niño de 4 años que vive en un lugar simple. El mundo que lo rodea es una hoja en blanco donde todo lo que se le ocurre dibujar con su crayón morado se convierte en realidad, permitiéndo así, existir en una fantasía perpetua.

Acompañando de sus amigos, Alce y Puercoespín, pasa sus días viviendo inocentes aventuras. Así fue concebido por su creador, el narrador de sus aventuras. Pero, un día esa voz se apaga. Harold ha crecido, aparentemente es un adulto, pero sigue teniendo la mente inocente. Un día, dentro de sus cavilaciones, razona que el mundo real, aquel donde debe vivir su creador, está en algún lugar al que puede acceder y así lo hace, dando origen a la historia de esta cinta.

Zachary Levi vuelve a interpretar a un niño que de repente se encuentra en el cuerpo de un adulto, pero esta vez en vez de ser una experiencia traumática, es un viaje de absoluto descubrimiento. El mundo real no es como lo hubiera imaginado y sus pensamientos tiernos e inocentes, están de más en una realidad donde todos buscan el beneficio y la satisfacción.

El brasileño Carlos Saldanha, con experiencia en cintas familiares, construye un mundo en el cual pueden convivir lo imaginario y lo real, siendo los personajes los que deciden qué hacer con lo que nace de sus mentes. Harold, tiene el cuerpo de un hombre, pero su comprensión es la de un pequeño que solamente sabe juegos y amistad. No entiende los defectos de las personas y piensa que todo se puede resolver creando cosas con su crayón.

Esta película tiene una historia bastante sencilla y en su narrativa lineal bien puede compararse con las películas familiares que se hacían a finales de los años 80 o principios de los 90. Pocos personajes, todos estereotipados y con poco desarrollo, pero bien diferenciados en su personalidad, ideas y actitudes.

Tenemos un niño que sufre de bullying, una madre viuda que no lo entiende del todo, un nerd “incomprendido” y ya, los otros protagonistas, son Harold y sus amigos imaginarios.

Esta aventura es completamente familiar y salvo un línea de diálogo que ningún niño debería de entender, todo el temas, las acciones y lo que dicen los personajes está construido para ser de fácil asimilación. No hay subtramas complejas, no hay referencias oscuras o escondidas, todos los chistes son “blancos”.

Obviamente el peso de la película recae sobre Levi, pero cumple totalmente con el papel, transmitiendo la inocencia y capacidad de asombro de las cuales nos dió una muestra en la primera cinta de Shazam.

Los efectos visuales cumplen a la perfección y la transición de la línea del crayón a los objetos tridimensionales es completamente creíble, nada se siente falso o forzado.

El mensaje es también sencillo, es nuestra imaginación la que da forma al mundo, pero el mundo también influye en lo que podemos imaginar. Para un niño en edad preescolar, la magia de un dibujo puede ser mayor que la más elaborada de las realidades.

Esta película puede ser vista por niños de cualquier edad y los padres también la disfrutarán, porque lo único que transmite son cosas positivas, incluso para el antagonista, que dentro de su maldad caricaturesca, sigue siendo un niño que quiere ver cumplidos sus sueños.

 

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