Robot salvaje, deleite animado
Por Francisco López
Chris Sanders tiene una larga trayectoria dirigiendo, pero sobre todo escribiendo guiones de películas de acción, fantasía y aventura aptas para toda la familia.
Sus personajes son realistas, pero al mismo tiempo tienen algo que los convierte ìconos, esta habilidad la emplea a fondo en su nueva cinta, donde adapta un libro infantil, una fábula sobre la naturaleza y el cuidado al medio ambiente, convirtiéndola en una reflexiòn sobre el ser, la conciencia y los sentimientos.
Rossum 7134 es un robot doméstico, que al quedar varado en un aisla alejado del entorno para el cual fue construido y sobre todo sin un objetivo claro para cumplir, va adaptándose a su nueva realidad y con ello, no sòlo desarrolla una relaciòn con el medio y los animales que le rodean, también va construyendo una conciencia de sí mismo y de lo que le rodea.
La trama va planteando cuestionamientos que pueden parecer simples, pero en realidad son muy complejos y los va resolviendo de una manera sencilla y sin pretensiones.
Rozz no es sólo una alegoría del ser humano y la conciencia, también del alma y de lo que puede definir a una persona y hacerla lo que es. ¡Son las acciones, o las decisiones las que construyen la personalidad: ¿los sentimientos son instintivos o se van construyendo?¿Qué es al final lo más valioso para un ser “vivo”?
Y todo esto se va intercalando en una serie de situaciones que van de lo cotidiano a lo cómico hasta lo dramático. En esta película prácticamente no hay seres humanos, no hay homo sapiens salvo una breve aparición, que bien podría obviarse. Todo se da entre los animales de un pequeño ecosistema que terminan por ser antropomórficos, presentando características y roles que todos podemos ver en las sociedades humanas.
La amistad, la maternidad, el bullying, el orgullo y hasta la abnegación existen en esta isla aislada de un mundo futurista y que se insinúa súper tecnificado.
No es de extrañar que esta cinta está siendo comparada con algunas obras clàsicas donde igual se usa a los robots para explorar ideas que podrían resultar demasiado complejas para una película familiar, pero el desarrollo de la protagonista es progresivo y natural, por lo cual la empatía del público hacia ella es total y termina en una complicidad y hasta en un reflejo de lo que pueden ser nuestras almas.
Rozzo puede tener todo el conocimiento almacenado en su memoria, pero no sabe qué hacer con él, va aprendiendo. Su inteligencia Artificial termina por involucrarse completamente en este mundo para el cual no estaba diseñada y de alguna manera va encontrando un nuevo sentido para su existencia y nuevos objetivos que cumplir.
En el apartado visual, tenemos un enorme trabajo de diseño, que eleva totalmente las ilustraciones originales de Peter Brown y crean un mundo completamente realista pero que combina con los diseños amigables de los animales, Los fondos, la naturaleza, la iluminaciòn, los movimientos; todo está construido de un modo espléndido llevando al espectador a sumergirse en la historia, dejando de cuestionar lo que es fantasìa y humanizando completamente a todos y cada uno de los habitantes de la isla.
Quizás el único punto flojo es que se alarga la parte final, construyendo un desenlace completamente dramático que lleva a los espectadores más sensibles a estallar en lágrimas.
La primera parte es de asombro y comedia, la segunda es de emoción y una sensación creciente de incertidumbre, mientras la parte final se va hacia la angustia e incluso el sentimentalismo.
Robot salvaje es una película redonda, bien construida, que no deja indiferente a nadie en la sala y que consigue transmitir emociones y tocar los sentimientos de cada espectador de una manera distinta.