Super/Man, la historia detrás de Christopher Reeve
Por Francisco López
Cada generación adopta como propia una versión de los héroes arquetípicos, algunas se establecen como las definitivas. Para los espectadores de finales de los 70, era poco plausible, incluso hasta motivo de algunas bromas, la idea de hacer una adaptación a la pantalla grande del héroe creado por Jerry Siegel y Joe Shuster. Un concepto que ya entonces, para muchos era anacrónico e irreal, símbolo de lo más tradicionalista de la ideología estadounidense.
Pero un actor prácticamente desconocido, pudo darle vida a una idea y su rostro se convirtió en la imagen que aún 40 años después, millones identifican como el Héroe por antonomasia.
Michael Keaton puede ser el batman favorito de muchos, Henry Cavill es considerado la versión moderna del último hijo de Krypton, Robert Downey Junior fue aclamado por adueñarse del papel de Iron y los fans de todo el mundo, creen difícil que alguien que no sea HUgh Jackman pueda interpretar a Wolverine, con Christopher Reeve no existe duda él fué y será Superman.
Este papel le cambió la vida en todos los sentidos, pasando de ser un actor de teatro a una celebridad mundial, un símbolo para los fans, un ícono para la cultura pop, pero también lo hizo enfrentarse a lo mejor y lo peor en la vida.
En el documental aclamado en el festival de Sundance, los fans más veteranos, encontramos historias que ya conocíamos, pero que con los años habían perdido algo de su impacto emocional, y los aficionados nuevos descubrirán facetas de lo que parecía simplemente una foto vieja en algunos posters y revistas.
La historia de vida de este actor, es narrada emotivamente por sus hijos, su primera pareja y un par de sus colegas, dando forma a un viaje que exacerba los sentimientos de quienes ven de nuevo o por primera vez escenas de su vida y su trabajo en la pantalla grande.
Con una narrativa no lineal vamos saltando entre momentos en el tiempo que se encadenan por sus significados, estableciendo similitudes y contrastes entre lo que fue antes y después de que el mundo creyera que un hombre puede volar.
Reeve fue mucho más que un rostro apuesto y una sonrisa cautivadora, supo entender su rol como símbolo y en sus momentos más oscuros, se elevó de nuevo e hizo que su voz, se escuchara, dando espacio y visibilidad a quienes estaban sólo olvidados de la sociedad. Inspiró con su vida, su tragedia y su muerte y 20 años después su legado está más presente que nunca.
La fundación que lleva su nombre y el de su también difunta esposa, se mantiene como un faro de esperanza para miles de personas y por ello, se decidió elaborar este documental, para rendir homenaje al hombre, al héroe.
En sus propias palabras, un héroe es un individuo ordinario que encuentra la fuerza de perseverar y resistir a pesar de los obstáculos; y durante las dos horas que dura este filme, podemos ver y apreciar ese mensaje. Reeve no es un héroe porque se puso una capa, sino por lo que hizo cuando no la pudo usar más.
Es complicado que en la actualidad, un documental tenga un estreno comercial, y mucho más que se convierta en un éxito internacional,pero este es el poder de convocatoria que aún conserva un hombre murió hace 20 años pero que siempre está presente en la mente y el corazón del público.
Una película que es obligatorio ver, y cuyo principal mérito está más allá de los valores cinematográficos, está en el viaje emocional al que lleva al espectador.
El campeón de los oprimidos sigue tendiendo la mano a quienes lo necesitan, incluso cuando ya no está físicamente.