Leucemia Mieloide Aguda: la complejidad de una enfermedad silenciosa

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Septiembre es el mes de Concientización sobre los cánceres de sangre. En ese sentido, la Leucemia Mieloide Aguda es uno de los tipos de cáncer más complejos y difíciles de tratar debido a que es poco común, pero muy agresivo. En México, es más frecuente en la población adulta, con una incidencia estimada de 3.5 por cada 100 mil habitantes., considerado uno de los tipos de cáncer más complejos y difíciles de tratar debido a que es poco común, pero muy agresivo. El padecimiento es además considerado como una urgencia oncológica debido a su rápida evolución, el impacto emocional y en la manera en que afecta la calidad de vida del paciente.

En México, la enfermedad es más frecuentes en la población adulta, con una incidencia estimada de 3.5 por cada 100 mil habitantes[1]. Aunque su incidencia incrementa en personas mayores de 65 años, estudios recientes revelan que, en el país, la edad de aparición es alrededor de los 43 años, más joven que en otros países.[2]

Una detección oportuna de la leucemia mieloide aguda es primordial para aumentar las posibilidades de curarse y de tener una buena calidad de vida. Sin embargo, la confirmación de este diagnóstico es uno de los mayores retos de este padecimiento porque los síntomas a menudo son imprecisos y la mayoría de los pacientes no presentan factores de riesgo conocidos. Según los expertos, en 40% de los casos la enfermedad se diagnostica tras descubrir de manera fortuita un aumento de los glóbulos blancos en la sangre, realizado de forma sistemática o durante un chequeo.[3]

Y es que la mayoría de los pacientes diagnosticados con leucemia mieloide no presentan un evento desencadenante claro, complicando la detección oportuna del padecimiento. Sin embargo, posibles factores de riesgo incluyen: edad, sexo (es más frecuente en hombres que en mujeres), estar expuesto a altas dosis de radiación o sustancias químicas como benceno (un solvente industrial) y algunos detergentes, haber recibido previamente quimioterapia o radioterapia para otros cánceres, fumar y/o tener previamente una enfermedad de la sangre como el síndrome mielodisplásico.[4]

“Los síntomas inespecíficos y generales que pueden corresponder a otras dolencias más frecuentes, unidos al desconocimiento que existe en la sociedad frente a la enfermedad, generan que un porcentaje de los pacientes no consulte a su médico o lo haga de manera tardía”, comenta Ana Polanco, directora de Asuntos Médicos de Astellas Farma México.

Ante una enfermedad en donde el tiempo apremia, en México uno de los mayores retos a los cuales debe enfrentarse una persona es que tiene que esperar un promedio de mes y medio para tener la confirmación de un diagnóstico de leucemia mieloide. Una vez que esto sucede, es importante que los pacientes hablen con su médico sobre todas sus opciones de tratamiento y sus objetivos además de posibles efectos secundarios, para ayudarles a tomar una decisión que mejor se ajuste a sus necesidades.

La dificultad para confirmar un diagnóstico de leucemia mieloide aguda se traduce además en un importante problema de subregistro al no contar con información confiable y dura respecto de esta enfermedad.[5] Un correcto registro permitiría a las instituciones de salud públicas y privadas contar con mejores elementos para poder tratar la enfermedad y proponer estrategias terapéuticas integrales que permitan salvar vidas.

“En septiembre el mes de concientización sobre los cánceres de sangre» es importante que todos los actores de la industria alcemos la voz y recordemos que nuestra razón de ser son los pacientes. La industria farmacéutica trabaja incansablemente en nuevas opciones terapéuticas, pero urge también hacer esfuerzos locales y regionales para asegurar el acceso a los servicios de salud que permitan una detección oportuna y un tratamiento adecuado para poder transformar la vida de cada una de las personas que viven con leucemia mieloide”, concluyó la doctora Ana Polanco.

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