«The Last of Us» Episodio 4: Tirando los muros

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Luego de la gran carga emocional que tuvo su tercer episodio, «The Last of Us» toma una decisión en cierta forma arriesgada pero comprensible, al bajar las revoluciones de su más reciente emisión. Las dos primeras tuvieron acción y drama, y la tercera conmovió con la historia de Bill y Frank. En este cuarto capítulo se retoma la relación entre Joel y Ellie, al mismo tiempo que se presentan nuevos personajes y las piezas se van acomodando para llegar a uno de los momentos más desgarradores del videojuego.

En los primeros minutos vemos una divertida escena entre Ellie y Joel con una revista que ella encuentra en la camioneta de Bill. La secuencia es una fiel recreación de lo que se ve en el juego y sin duda alivia el ánimo del espectador y personajes, luego de los sucesos de la semana anterior.

De hecho el humor forma parte importante en este episodio porque los juegos de palabras que Ellie dice a Joel logran quebrar la seca actitud de él y generan alivio luego de intensos momentos.

A veces la narrativa de una historia se permite estos «puntos bajos» donde no ocurren acontecimientos que modifican la trama, pero sirven para conocer el pasado de los personajes, permiten que ellos se desarrollen y genera tensión dramática, la cual se traslada a la audiencia y cuando estalla, por lo general sucede estrepitosamente.

Obligados a buscar una ruta alterna, Joel y Ellie se topan con tres miembros de una banda de saqueadores. La confrontación, filmada con un gran trabajo de cámara al estilo guerrilla, lleva a que Ellie revele algo que nadie podría imaginarse. Pero recordemos que estamos ante un intercambio de información: Joel revela detalles sobre la relación con su hermano y Ellie ventila secretos que hasta le hacen derramar unas lágrimas, ante lo cual Joel entiende debe confiarle un arma, algo a lo que se mostraba renuente.

La trampa en que caen Ellie y Joel conduce a un personaje creado exclusivamente para la serie, Kathleen, la lideresa de un grupo de saqueadores, interpretada por la neozelandesa Melanie Lynskey.

Lynskey hace un gran trabajo al presentar a una mujer que es de armas tomar (literalmente), decidida, fría, pero que también opta por callar a su gente un peligroso descubrimiento para no fragmentar su liderazgo.

El capítulo queda en un cliffhanger donde se introduce a los hermanos Henry y Sam Burrell (Lamar Johnson y Keivonn Montreal Woodard, respectivamente). El primero es señalado por Kathleen como responsable de la muerte de sus hombres, pero los dos hermanos tienen un papel importante en la trama que está por venir.

Si bien el show sigue mostrando impactantes paisajes desolados y la actuación mantiene su gran nivel, este capítulo es el más corto hasta el momento al durar 45 minutos. No es un defecto flagrante, su tiempo se justifica porque es una transición hacia nuevos eventos y ayuda a que Joel y Ellie convivan; si se hubiese extendido la presentación de los Burrell, el episodio también lo habría hecho innecesariamente.

Poca acción y mucho desarrollo de personaje no significa aburrimiento, a veces es un paso necesario. No hay tanta emoción como en los episodios previos, pero este sirve como un puente que llevará a cosas importantes.

No tardaremos mucho en saber qué sigue para Joel y Ellie, porque la serie se transmitirá este viernes por única ocasión para evitar competir con el Super Bowl LVII.

Por Erick Escudero

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